Llegó al Hotel Alvear a las 12 del mediodía y empezó a llorar. Emocionada, Florencia de la V no podía contener las lágrimas mientras una decena de asistentes la preparaban para su boda con el odontólogo Pablo Goycochea, su novio desde hace más de diez años. Quince minutos después de las ocho de la noche, bajó enfundada en un ajustadísimo vestido de Jorge Ibáñez.
Finalmente, la diva se animó al blanco en un modelo con un solo hombro, importante cola y cinco metros de tul que el diseñador tuvo que ajustar a último momento gracias a un súbito descenso de peso producto de los nervios y de una estricta dieta para llegar diez puntos. Llevó el pelo recogido en una tiara de brillantes y un gran moño en el hombro.
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