“La pelota no se mancha”, dijo Diego Armando Maradona en su partido homenaje, visiblemente emocionado. Lo que deseaba metaforizar era que, más allá de los hechos, el espíritu deportivo se mantiene intacto. Sin embargo, ese planteo implica, necesariamente, que más allá de la pureza del deporte hay hechos sucios, propios del barro.
La rescisión del contrato entre la AFA y TSC –T elevisión Satelital Codificada, sociedad integrada por el Grupo Clarín y TyC– en relación a las transmisiones televisivas del deporte más popular de nuestro país desató un vendaval de versiones y pujas en el ámbito de la pantalla chica. En menos de 48 horas, se modificaron de un plumazo las expectativas de rating del año entrante –y, si se respeta el acuerdo entre el Estado y la AFA, de los próximos diez años–. Si bien los directivos de los canales se cuidan de hablar de más –por lo menos hasta el próximo martes, cuando se oficialicen las condiciones del acuerdo–, todos admiten por lo bajo que nada será lo que era. Una cosa es la televisión si los partidos de fútbol van por el cable, otra muy distinta si desembarcan en los canales de aire.
Qué es el fútbol por TV. Hasta ahora, el único momento en que los canales de aire, en forma simultánea, se dedicaban a transmitir fútbol era con los mundiales. Y, eventualmente, con los partidos por las eliminatorias. El resto, por amplia mayoría, iba a parar al cable. Telefe no transmitió ningún partido en 2009, y los últimos fueron el 24 de mayo del 2008 Catalunya-Argentina a las 13.50 con un rating de 18,8 y el 28 de junio del mismo año con un partido a beneficio con los amigos de Messi y Ronaldinho con 12 puntos de rating.
La excepción a esta regla era Canal 13, con Fútbol de Primera, transmitiendo destacados de los partidos en diferido los domingos por la noche, y la otra apuesta fuerte del canal en lo futbolístico era adquirir los derechos de las participaciones de Boca en la Copa Libertadores.
La otra excepción a la regla era Canal 7, que transmitía un partido los viernes. Desde ese punto de vista, la televisación del fútbol local no es una novedad. Pero, como bien dejó entrever una fuente confiable de una emisora que prefirió resguardar su identidad, “la verdadera pelea se va a dar por los equipos relevantes para el rating”. Esto debe interpretarse como “equipos mayoritarios”.