Lo último que hubiera imaginado Georgina Barbarossa es que a esta altura de la vida la sorprendiera el amor, y mucho menos que llegara en vuelo directo de Francia. “ Estoy feliz, enamoradísima, con sensaciones nuevas”, dice la estrella de “Deslumbrante” -el gran espectáculo que hace en el Teatro Neptuno de Mar del Plata junto a Miguel Angel Cherutti- antes de asegurar que este amor de nombre Alejandro, de origen argentino pero radicado en Francia es un regalo del cielo y la primera relación “importante” después de la pérdida de Miguel Angel “el vasco” Lecuna, su marido y padre de sus hijos, asesinado brutalmente en el 2002.
“Es todo tan nuevo, pero siento que es amor verdadero si no, no podría estar. Imaginate: cuando hablé con Semanario, antes del debut, les conté de mi felicidad de hacer revista en Mar del Plata, y si en ese momento me decías que me iba a enamorar en el verano, me hubiese parecido un absurdo. En una parte de mi monólogo digo claramente que la vida me ha sorprendido mucho: ya cuando me embaracé por primera vez casi me desmayo al enterarme que iba a parir mellizos. ¡Por qué dos, que habré hecho! Después, con una bomba de tiempo cuando sucedió lo del 'vasco'... ¡No me quiero ni acordar! Y ahora, en pleno verano, cuando las hormonas se disparan, me llega este hombre que es un divino, tiene un humor increíble, es caballero, educado... La vida me compensa todo el tiempo”, cuenta, verborrágica.
Claro que en esta historia de amor también hubo celestinos: “Nos presentó un matrimonio amigo, Luz Bonomi y Alejandro Giordano, ex bajista del grupo Banana, ex modelo y primo de César Banana Pueyrredón. Dijeron que él era mi novio, pero eso fue una confusión, porque ‘mi amor’ también se llama Alejandro, pero el mío es empresario, aunque trabajó como modelo mucho tiempo y su hermana tiene una agencia de modelos en Francia”.