ESPECTACULOS
con la brujula en la BBC de Londres

Haz la radio y no la guerra

Llegué a Nacional Rock apenas comenzaba la gestión de este gobierno tras recibir un llamado de Ana Gerschenson.

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Pared. Boby Flores define su ética y su estética al cargo de la FM 93.7. Elige a los talentosos Birabent y Vitale, entre otros. | cedoc

Llegué a Nacional Rock apenas comenzaba la gestión de este gobierno tras recibir un llamado de Ana Gerschenson. La oferta era nada menos que hacerme cargo de la Dirección Artística de FM 93.7, una de las frecuencias de Radio Nacional. La primera sensación que experimenté fue de muchas dudas, manejar la radio de todos era más que un slogan, era la responsabilidad y presión extra que implica responder por lo que hago con el dinero de todos. Yo sabía que estar al frente de un medio público en este país es como andar con un sello en la frente que dice “Investígueme”; y pensar la radio desde la gestión me inmovilizaba. Pero logré dejar de lado paranoias y temores personales y encaré este proyecto con la libertad y pasión que encaro las cosas que me hacen feliz. La radio y el rock están entre ellas.

Artísticamente no había mucho cuando llegué, pero profesionalmente me encontré con un equipo de trabajadores muy talentosos y dedicados que son la planta permanente de esta radio, y que hacen que las cosas funcionen. Decidí llamar a amigos para armar equipo, pero no porque fueran amigos, sino porque eran gente que podía entender el grado de entrega que había que poner y que iban a estar a la altura del desafío que yo me había propuesto: músicos al aire sin intermediarios, ellos, el micrófono y la audiencia. Así llegaron Antonio Birabent, Juanchi Baleirón, Iván Noble, Juanse, Pipi Piazzolla, Zeta Bosio, Lito Vitale; los que yo entiendo que son hoy la plana mayor del rock nacional. Después de que el rock perdiera varias puntas de su estrella –Spinetta, Miguel Abuelo, Luca, Moura, Pappo, Cerati– logré reunir en este proyecto a los tipos que respeto, a los que sé que tienen algo para compartir y comunicar. Me parecía interesante que ellos pudieran pasar su música, la que los influenció, la que les gusta, la que les dejó huella. Fue una decisión insólita pero lógica, que tiene su correlato y referencia con el modelo de grandes radios estatales como la BBC de Londres, en Inglaterra, que cuenta en su grilla con nombres como el de Iggy Pop, por sólo nombrar un ejemplo.

Hoy confirmo ese camino y me doy cuenta de que no son propuestas alejadas las de un artista en el escenario y las de un artista con un micrófono en un estudio. En ambos espacios sucede algo mágico que hace que ese personaje merezca nuestra atención y nuestros aplausos. Instantes en los que la palabra y la música son parte del mismo lenguaje, del mismo milagro que nos conmueve. Eso es lo que me importa. No creo en un tipo hablando media hora de lo importante que es escuchar a Frank Zappa, creo en el disco de Frank Zappa sonando y creo en lo que eso provoca en el otro.

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También creo en el deseo como motor. Una vez, el gran Héctor Larrea me dijo con la sabiduría propia de un maestro que comparte sus secretos más preciados: “El buen príncipe no es aquel al que le obedecen órdenes sino al que le cumplen deseos”. Y yo quiero ser eso, alguien que se anima a soñar y lo hace en equipo. Alguien que un día pueda decir orgulloso: “Yo estuve en esa Nacional Rock”. Y para construirla no tengo limitaciones. Lo que si tengo son tiempos y plazos, porque no llegué a esta radio para perpetuarme en mi lugar, odio eso tanto como los tipos que hacen una guerra sin razón. Sé que llegué para irme y mientras esté en este lugar, voy a hacer el mejor intento, el mejor esfuerzo. Por eso no me interesa el rating; estuve primero y estuve último haciendo el mismo programa y nunca dependió de mí, ni de la calidad del producto.  

Yo prefiero ocuparme de lo que puedo cambiar: la calidad artística, el discurso, la música, la secuencia musical. No de los podios en los que alguien te sube y te baja caprichosamente.

Hay gente que hace cualquier cosa en nombre del rating. Juan Carlos Mareco, otro gran maestro, una vez me dijo algo que se grabó en mi memoria con la fuerza de las grandes verdades: “Hacé un programa de radio para que pueda entenderte un estúpido y sólo te van a escuchar estúpidos”. Yo no les hablo a esos hombres tristes. Y si tuviera que hacerlo, les diría: haz la radio y no la guerra.


*Director Artístico de la FM Nacional Rock.