Y el gran día finalmente llegó. Luego de una extensa trayectoria en el under, Massacre tuvo su gran noche, su primer recital en solitario en el estadio Pepsi Music, ex Obras Sanitarias de la Nación. La banda, precursora del skate rock en la Argentina, estuvo a la altura de las circunstancias y colmó las expectativas de sus fanáticos: fueron más de treinta temas en casi dos horas y media de un show que tuvo momentos de gran emoción.
“Inaudito y lógico a la vez”. Esas fueron las palabras que en pleno show utilizó Walas, el carismático cantante de la banda, para definir la llegada de Massacre a Obras por primera vez en su carrera. Era un evento muy esperado y el estadio estaba repleto.
La noche comenzó con una sorpresa que emocionó a todos los presentes. Cuando se corrió el telón y comenzaron los primeros acordes de La Octava Maravilla, uno de los cortes del Mamut –el último y exitoso disco de Massacre-, allí estaba el guitarrista Federico “Fico” Piskorz, recuperado luego del accidente en el que perdió la vida su novia, Karina López Gutiérrez.
La sorpresa provocó una gran alegría entre el público, que en el primer alto comenzó a corear su nombre. “Fico”, que aún no puede caminar por sus propios medios, se levantó de un lugar especialmente preparado al fondo del escenario y agradeció el apoyo al borde de las lágrimas. Por supuesto, hubo una dedicatoria especial para Karina.
El show debía continuar y Massacre siguió con varios de sus temas clásicos. Así, pasaron Nuevo día, Tres paredes, Te arrepiento, A Jerry García, Seguro es por mi culpa y Mi mami no lo hará, entre otros. Todo bien acompañado por un collage de imágenes psicodélicas que llegaban desde una pantalla gigante, algo muy diferente a los habituales shows de esta banda de autodenominados “perdedores”.
Sin embargo, la prioridad fue El Mamut. Walas y compañía tocaron casi todo el último disco, aquel que consolidó el salto de la banda a la masividad. No faltaron La Reina de Marte, Divorcio, La orquídea blanca, La epidemia y Maggie May, cover de un viejo tema de Rod Stewart.
En el momento de los bises, llegó otro momento especial. Fernando Ruiz Díaz, el cantante de Catupecu Machu, subió al escenario a cantar Plan B, otro de los factores clave de la popularización de Massacre (Catupecu hizo una versión que se convirtió en un verdadero “hit”).
El cierre se produjo con You really got me, un cover de The Kinks. En el medio del tema, Walas no quiso olvidarse de nadie y comenzaron los agradecimientos: hubo menciones especiales para Juanchi Baleirón, de Los Pericos, quien produjo El Mamut, y el “Gordo” Flavio Cianciarulo, ex Fabulosos Cadillacs que siempre estuvo cerca de la banda. Y llegó la despedida, con nueva ovación para “Fico” y el resto de los integrantes de Massacre. Después de veinte años de perfil bajo, Obras era una realidad: ya nada será lo mismo para los “antihéroes” del rock.
(*) Editor de Perfil.com