Mora Godoy es una gran bailarina de tango y una empresaria que ha hecho de la danza porteña un negocio con proyección internacional y nacional. Este fin de semana pasa por Coronel Pringles, Coronel Suárez y Bolívar; el 5 de diciembre, estará en la Usina del Arte de CABA, gratis; el 11 de diciembre, en Justo Daract (San Luis); el 12 de diciembre, en Santiago del Estero. Y a todo esto suma un condimento que pareciera ser imprescindible para el éxito: presencia en televisión. Así, pues, participó en 2014 como concursante de “Bailando por un sueño”, y este año sigue apareciendo en ShowMatch. Además, se acaba de integrar al programa El desafío de Buddy (sábados a las 22 por Discovery Home & Health), donde algunos famosos de Latinoamérica encargan trabajos de pastelería a un equipo comandado por el chef ítalo-norteamericano Buddy Valastro. Junto a Godoy están otras celebridades, como la actriz y cantante mexicana Dulce María y el músico y compositor colombiano Andrés Cepeda.
—¿Qué hacés en “El desafío de Buddy”?
—Fue una sola participación muy extensa. Me hicieron un homenaje a mi carrera con una torta de mi tamaño real. Para mí es increíble que me hayan elegido de la Argentina. Estuve cerca de cuarenta horas despierta; fue una experiencia muy difícil pero distinta, divertida, diferente. Fue uno de esos giros inesperados que te da esta carrera.
—¿Qué otras sorpresas te dio esta carrera?
—Y, por ejemplo, haber bailado en un show privado para los Rolling Stones y sus familias en 2006; haber bailado para Liza Minnelli, y que me abrazara después. En Río Cuarto, hace unos días, en el festejo de los 229 años de la ciudad, 40 mil personas me ovacionaron. Y el otro día, mientras estaba haciendo la cola a la una de la mañana en una farmacia, nadie me había reconocido pero había un vagabundo en la calle que me agarró y me dijo: “La Mora, la Mora Godoy, la mejor bailarina”. Me estoy sacando selfies en la calle con chicos de 13, de 15 años. Siento que el tango sigue teniendo un futuro.
—A comienzos de noviembre estuviste en “ShowMatch” y tuviste una discusión con Gisela Bernal, en torno a la paternidad de su hijo. ¿Por qué surgió esa situación? ¿Eso te da difusión?
—La verdad es que no me vende tickets ni me genera venta. Con el prestigio que tengo y la carrera que hice, no necesito ese tipo de pelea para nada. Se dio; tal vez no lo supe manejar, pero tampoco me molestó. Nunca imaginé que iba a tener la repercusión que tuvo y la agresión de las redes sociales. Pero tampoco estoy arrepentida porque no hice nada malo.
—¿Y en qué estado está tu pelea con Flavio Mendoza?
—No hubo modificación. Es algo en lo cual yo ni me meto; lo maneja un estudio [de abogados]. Pero la mayoría de la gente se fija en el baile, en lo artístico. Sólo unos pocos aprovechan el único medio que los puede tener como protagonistas, que son las redes sociales, para ser alguien y para dar una opinión. Entonces, aprovechan para descargar la envidia y su inmensa frustración personal. Los comentarios de esa gente agresiva que nunca pudo llegar a nada me dan lástima.