Lejos de la controversia en la que siempre se vio envuelta la súper modelo, la suya fue una boda tradicional en una iglesia tradicional de la tradicional zona de Costwolds, en Inglaterra. Radiante y femenina, Kate Moss dio el sí y se transformó en la señora del roquero Jamie Hince, ayer por la tarde.
Con un hermoso vestido vintage color manteca con detalles dorados, creación del polémico diseñador y amigo de Moss, John Galliano, la novia lució además un largo velo de tul bordado y zapatos al tono, muy alejada de la imagen “rocker descuidada” con que se la solía ver en sus tiempos de excesos. Acompañada de su padre, Peter, y su hija de 8 años, Lila Grace, la modelo arribó a la iglesia en un Rolls Royce color plata.
“Estaba muy nerviosa cuando practicaba cómo firmar el registro. Estuve tan estresada. ¡Mis manos temblaban como las de una señora mayor”, explicó Kate al Daily Mail el jueves por la noche, tras el ensayo de boda. Sin embargo, a la hora del casamiento en sí, todo fluyó y los nervios se disiparon. Sonriente, la modelo compartió su alegría con los fotógrafos que la esperaban a la salida de la iglesia. Junto a ella estaba Jamie, el guitarrista de la banda The Kills, quien eligió para la ocasión un traje color celeste pastel de Yves Saint Laurent, aunque desde la casa de modas confirmaron que el novio haría un cambio de look durante la fiesta, al igual que la blonda, quien tendrá tres cambios de ropa a cargo de Stella McCartney. Tanto recambio de ropa se debe a que la pareja, adepta a los festejos, eligió celebrar durante tres días seguidos en la casa que la modelo tiene en Gloucestershire. Tanto despliegue obligó al matrimonio a desembolsar más de 800 mil dólares.