Durante las primeras noches de esta nueva edición de Bailando por un sueño hay dos cosas que ya quedaron claras: las actuaciones no serán descollantes y, sin embargo, el programa sigue liderando las planillas de rating.
Si la primera noche generaba expectativas por el regreso, esta segunda noche, lo que despertaba más interés era la participación de la Cicciolina.
Para llegar a ese momento cúlmine, los espectadores tuvieron que permanecer estoicos frente al televisor mientras iban desfilando, una a una, las otras parejas que se movieron en la pista al ritmo de la música disco.
La encargada de romper el hielo fue la ex vedette Adriana Aguirre. Junto a su soñador, Martín Peirano, bailaron el clásico de Gloria Gaynor Never can say goodbye, y obtuvieron del jurado una calificación modesta: 18 puntos.
Luego fue el turno de la ¿ex? mujer de Diego Simeone, Carolina Baldini. Si bien ex modelo pidió que se la presentara con su apellido de soltera, desde la tribuna la alentaba el director técnico de River Plate. Su actuación –junto con el bailarín Pablo Pedernera- obtuvo una de las calificaciones más altas, 22 puntos, pero el jurado se encargó de cuestionar su "soberbia" y su "actitud hierática".
Todo lo contrario a lo que ocurrió con la participante que entró inmediatamente después. Evangelina Anderson fue elogiada por su carisma y por la frescura con la que se movió junto al soñador Julián Caravajal. La pareja obtuvo los dos primeros 10 del jurado y consiguió una calificación de 26 puntos.
Entonces, llegó el momento más esperado. La Cicciolina ingresaba al estudio y hacía de las suyas a un Marcelo Tinelli que no sabía muy bien cómo reaccionar. Bailó, cantó, se desplazó por la pista y habló de lo que quiso. Ya en la pista de baile, junto Joel Ledesma, su desempeño fue desparejo y se llevó la calificación más baja de la noche: 15 puntos.
Para el final, quedó la modelo Karina Jelinek. Luego de la graciosa y disparatada charla introductoria con Marcelo Tinelli, llegó el momento de bailar. La morocha y su soñador, Lucas González, salvaron el honor y consiguieron un punto más que la Cicciolina.
La Cicciolina se ganó al público, pero tuvo la puntuación más baja
Bailó, cantó y desconcertó a Marcelo Tinelli. Simpatiquísima y desprejuiciada se ganó al público que estaba en el estudio, pero el jurado fue implacable.
