En los días de Memento era imposible imaginar a Chistopher Nolan como el fiduciario de la Warner Bros y sus chiches más caros (y productivos), los superhéroes de DC Comics, pero hoy ni un centímetro de esas franquicias se sale del centro de gravitación que Nolan, como símbolo y como real nombre a respetar en Hollywood, creó para sí mismo con su taquillera y celebrada trilogía de Batman. Una posible Wonder Woman, un nuevo film de Superman, hasta el rumor de una de Aquaman y, obvio, la Liga de la Justicia, Los Vengadores de la DC. El todos-juegan (o sea, todos esos juntos). “No creo que Snyder haya hecho algo similar a lo que yo hice con Batman”, sostiene Nolan. “Yo no podría haber hecho esta película, hay un sentido de la dinámica distinto del mío. Superman necesita una película súper y yo manejo otras estructuras.”
Frente a rumores de un Batman en la Liga, agrega: “Yo ya conté todo lo que podía contar con Batman. Si sucede, será otra persona”. Y sigue: “Superman es un superhéroe distinto. Lo raro es que también es la génesis de algo que hoy define demasiadas cosas de Hollywood y del planeta, por ende era lógico un acercamiento nuevo pero respetuoso. No creo, de verdad, que haya tantas similitudes como se sostiene. Creo que al ver un superhéroe actuar como una estrella de rock, todos creen que es solemne”.