De pie en el Cerro Catedral y sin sentirse afectada por el frío del incipiente invierno, Debora Bello se mueve con la misma gracia y sensualidad con la que posaría en una playa del Caribe. Años de pasarela y campañas gráficas se hacen evidentes. "Vine a Bariloche sólo por tres días y no pude esquiar, algo que me encanta", se lamenta la modelo de la agencia de Leandro Rud, mientras luce un escueto conjunto de minifalda, top y un breve abrigo de piel, y pisa la nieve con tacos altos haciendo gala de un increíble equilibrio.
"Esta profesión me permitió conocer muchos lugares, pero viajar es algo que me gusta mucho y también lo hago en mi tiempo libre. Y te diría que la valija en esos casos es mucho más chica. Sólo necesito un par de trajes de baño, ropa bien cómoda, mis cremas para el cuidado de la piel, y por supuesto, mi computadora personal", asegura con simpatía y sentido práctico la novia de Diego Torres.
En diálogo con Caras, Debora se refirió al presente de su relación con el cantante, con quien comparte casa, gusto por el más bajo perfil y el cariño de sus dos perros, un labrador y un golden retriever.
La nota completa puede leerse en la edición impresa de la revista Caras.