ESPECTACULOS
Mara Martha Serra Lima

La sexóloga del bolero

El fin de semana pasado debutó en el Teatro Tronador de Mar del Plata en Un país de revista, junto a Catherine Fullop e Ingrid Grudke. Dice que los hombres de ahora ya no son como los de antes, y critica a las cincuentonas licenciosas.

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CONO. Muchos jvenes msicos de rock aman sus canciones. Dice que sus temas ayudaron al amor. | Cedoc

En una nota, Pity Alvarez, el líder de Intoxicados, confesó que escucha sus canciones mientras consume todo tipo de sustancias ilícitas (“Página/12”, 1º de enero de 2004). ¿Lo sabía, María Martha?
—¡Ay, ese chico me adora! Un día me escribió un mail diciéndome cosas lindas, que era una genia, una ídola y que en uno de sus recitales le hizo cantar al público tres de mis canciones.El mail terminaba así: “Son las 9 de la mañana, tengo sueño, me voy a dormir”. Ese chico se pasa a veces, ¿no?

Recordada (o envidiada) por su idílico romance con Sandro y por su aterciopelada voz, María Martha Serra Lima habla por teléfono desde su departamento y se prepara –entre tinturas y modistas– para la temporada de verano en Mar del Plata, donde reemplazará a Nacha Guevara en Un país de revista.

—¿Los jóvenes de hoy escuchan sus boleros?
—No sé si los escuchan como para ir a comprar los discos. Pero sí han oído mi música a través de sus madres o abuelas porque yo ya tengo 60 años y empecé a los 33. Estoy segura de que si van a uno de mis conciertos, se quedarán impresionados; yo no hago un show de viejas. Los jóvenes están en la edad del amor, ¿cómo no les van a gustar mis canciones?

—Hace 30 años su música enamoró a más de uno...
—Eso me lo han agradecido muchos hombres. Me dicen: “Gracias a usted he triunfado tantas veces”. Cuando les pregunto en dónde, me dicen: “¡En los telos!”. ¡Claro! Si yo les cantaba: “Comparame con ella, si logras creer que ella es mejor”, como si fuera la amante celosa que le habla de la mujer.

—¿Es celosa?
—Sin motivos no. Si los tengo, soy capaz de asesinar. Pero soy una persona muy segura de mí misma.

—Usted bajó mucho de peso. ¿Creció su sensualidad a partir de su cambio físico?

—Sí y no. Porque la adelgazada vino con más años. Estoy más cómoda y más femenina. Estoy muy aplacada con el sexo. Si bien he sido muy enamoradiza en mi vida, ahora con el paso del tiempo no me importa nada. Los hombres ya no me mueven un pelo.

—Pero ¿no cree que a los 50 y pico se puede tener la misma vida sexual que a los 30?
—Sí, pero tenés que tener alma de puta... no de cobrar, de rapidita. Si sos una mujer muy sexual lo podés hacer. Yo creo que el sexo se va aplacando con los años, excepto que seas muy putona. Esa cuestión no pasa por las hormonas, sino por la personalidad o por no estar conforme en su hogar. Algunas agarran al plomero o a quien sea.

—¿Los hombres de antes eran más románticos que los de ahora?
—Totalmente, porque tenían menos acceso a las mujeres. Yo me casé virgen a los 24 y antes tuve 22 novios. Nos poníamos bolsas de hielo para aguantar. Ahora nadie se quiere casar y la vida ya no es en colores como antes. Los hombres antes escribían cartas de amor con sangre...

—Ahora sólo te mandan mensajitos de texto...
—También hay responsabilidad de las mujeres. Ya no son tan femeninas, se visten como los tipos con esas remeritas y los blue jeans y hablan remal. Yo si fuera hombre, no me gustaría ese tipo de chicas. Así como me gustan las mujeres femeninas, también me gustan los hombres bien varoniles. No hace falta que sean buenos mozos, aunque los prefiero... es verdad.

—Usted vivió mucho tiempo en Miami y viajó mucho. ¿Esto lo nota en todas las culturas?
—Sí, porque también hay cada vez más homosexuales y entonces las chicas se empiezan a gustar entre ellas. Nos ha tocado vivir en un mundo lleno de conflictos. Todos tenemos que trabajar mucho para sobrevivir y ya no tenemos tiempo para el amor o para escuchar un disco romántico. Yo tengo dos nietas y siempre me pregunto qué será de ellas en un futuro. Mi mamá siempre me recomendaba que me casara con un hombre mayor porque eran más maduros. Pero hoy tenés que casarte con el que puedas, total te va a ir mal igual. Además, los hombres no maduran nunca.

—Volviendo a la música. ¿Qué opina de los boleristas actuales?
—No hay tantos. El día que yo deje de cantar, los boleros van a morir en todo el continente. Excepto en Centroamérica, donde hay un auge de jóvenes boleristas.

—¿Le gusta Luis Miguel, por ejemplo?
—Me fascina. Pero a él no le gusta cantar boleros. Cuando grabó su primer disco de boleros, que vendió muchísimo, él lo hizo por compromiso con la discográfica. Es que no tenía edad para cantarlos. El bolero es como el tango, hay que saber lo que significa amar y sufrir.

—Usted es muy querida por la gente. ¿Cree que es una diva en Argentina?
—¡No! Sólo me siento diva cuando estoy cantando en un escenario. La diva es inaccesible y a mí me gusta conversar con la gente. Eso de la limousine blanca no me gusta para nada.