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La venganza de la explosiva Rocío Marengo

La vedette explica por qué la gente la quiere a pesar de que haga "todo mal". El menosprecio de sus colegas y la guerra de aplausos. Fotogalería.

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| Cedoc

Nadie apostaba ni un centavo por ella: desentona como pocos en el canto, no tiene técnica para bailar, y tampoco es una Norma Aleandro en la actuación. Sin embargo, arrasa con los aplausos cada vez que sale a escena en “Fantástica”, la obra de Carmen Barbieri que desembarcó en Mar del Plata en diciembre de 2009.

Incluso, es mucho más ovacionada que muchas de sus compañeras. Sigilosa, Rocío Marengo (29), les pasó el trapo a todas: “Siempre me dijeron que cantaba mal, que bailaba mal, que hacía todo mal. Y nunca apuestan por mí. Pero termino demostrando que mal o bien a la gente le gusta lo que hago, lo compra. Mis colegas, si las puedo llamar así porque no me consideran como tal, me menosprecian y me ningunean. Pero es la gente la que decide quién es la vedette con el aplauso. Y yo soy la más aplaudida. Ellas, que se hacen las top y se la dan de mejores que yo, no son tan aplaudidas como yo. Parece que a la gente no le gusta lo que venden ellas. Así que mucho bla bla, pero les pasé el trapo a todas”, sentencia Marengo mientras se acomoda en una reposera de playa de uno de los guarums (pequeña casa de madera al estilo hindú) del balneario Honubeach, adonde suele ir en compañía de su madre Graciela, su hermana Sol (que hace las  veces de asistente), y su sobrinito Francisco (de un año), quienes también la acompañan.

La nota completa puede leerse en la edición impresa de la Revista Semanario.