El viernes 30 y el sábado 31 de agosto a las 20.30, en el Teatro Coliseo, el Grupo Ars realizará la IX Gala Internacional de Ballet de Buenos Aires, un emprendimiento que inició hace nueve años y que permite acercar parte de la actualidad de la danza clásica del mundo a la Argentina. En algunas ocasiones, esto generó, además, un diálogo con compañías locales oficiales invitadas; esta vez no hay ninguna participación del Ballet Estable del Teatro Colón, ni del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, ni de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, ni del Ballet del Teatro Argentino de La Plata, actualmente en pésimas condiciones de trabajo derivadas de, entre otras razones, el cierre de su edificio, por indefinidas reformas. En cambio, habrá una actuación de la compañía circense privada La Arena, de Gerardo Hochman.
Lo que sí habrá es muchísima presencia internacional, de compañías y artistas de primer nivel: coreógrafos de la más lucida ortodoxia como Marius Petipa –del que se verá la variación “Satanella” de El carnaval de Venecia–, temperamentales como John Cranko o renovadores con George Balanchine; obras clásicas como El lago de los cisnes en la versión de Vladimir Bourmeister; representantes de la Scala de Milán, del New York City Ballet y del Stuttgart Ballet. Y el plato fuerte, mezcla de refinamiento técnico y moderna irreverencia: James Whiteside. Miembro, desde 2012, del American Ballet Theatre de Nueva York –el mismo por donde pasaron Julio Bocca, Paloma Herrera, y actualmente Herman Cornejo–, este peculiar intérprete fue ascendido a categoría de principal un año después. Y aquí cuenta:
—¿Qué vas a interpretar en esta gala?
—Voy a bailar dos obras: el pas de deux del Lago de los cisnes [junto a Erica Lall, también del ABT] y una pieza con música compuesta por mí, llamada Wallflower, cuyo estilo está dentro de la música pop o hip hop. Sé que en Buenos Aires el público apreciará lo complejo y divertido de ella.
—¿Cómo describirías el ABT?
—Para mí, es la compañía de danza más grande, que reúne a los bailarines más increíbles de todas partes del mundo. Tiene mucha variedad; somos capaces de bailar diferentes estilos de música. Con el ABT recorrí el mundo y conocí lugares increíbles.
—Además de tu desarrollo como bailarín y compositor musical, también sos drag queen. ¿Cómo explicarías de qué se trata?
—Un drag queen es un artista que toma la forma femenina. Es un hombre que interpreta a una mujer, usando un vestuario llamativo y realizando un número artístico. Es muy interesante y divertido, y desafía lo que significa la idea de ser humano. Se trata, primero, de verlo como humano.
—¿Qué significan para vos las etiquetas de “hombre” y de “mujer”?
—Para mí no son importantes. Yo estoy definido como hombre, pero puedo acompañar y apoyar a todas aquellas personas que por alguna razón no se definen como binarias y que no están dentro de la categoría de masculino o femenino. Necesitamos abrir más nuestras mentes para poder ser más comprensivos y expresivos.
Heterosexualidad y musculatura
—¿Qué te significa cuando interpretás personajes icónicamente heterosexuales?
—Disfruto de hacer diferentes personajes y programas. Lo más difícil para un bailarín es atravesar el cambio entre la persona que uno es y el personaje que tiene que interpretar. Espero que en el futuro haya más oportunidades para interpretar personajes homosexuales.
—¿Cuál es tu percepción de la homofobia en la actualidad?
—Desafortunadamente la homofobia existe en todos lados, incluso en Nueva York, donde me siento muy, pero muy seguro. Como artista estoy obligado a ser honesto, abierto, compartirme con el público de un modo real. Sí, siento que estoy en peligro, pero danzo bien y tengo la esperanza de que el público aprecie mi trabajo sobre el escenario.
—¿Cómo te sentís con tu propia imagen cuando la exponés mostrando toda su musculatura?
—Me siento increíblemente cómodo con mi propio cuerpo. Soy muy afortunado de haber podido entrenar y danzar la mayor parte de mi vida. Esto es lo que moldeó mis músculos y mi cuerpo. Comencé a bailar a los nueve años. Antes practiqué deportes como básquet, fútbol americano, soccer, vóley de playa y béisbol, pero no me sentía bien con ninguno de ellos hasta que finalmente la danza llegó a mí.
—Tenés tatuado sobre tus costillas izquierdas lo que sería el rasguño de unas garras. ¿Por qué?
—Representa el hacer algo hermoso a partir del arte y del estilo. Hacer lo mejor que se puede en el arte y desechar lo que puede no ser bueno. Se trata de ser resiliente y fuerte.