ESPECTACULOS
Marilina Ross

“Lo hecho quedó atrás”

La creadora de Puerto Pollensa dirige Solita y sola, de la que ella misma había sido la protagonista en los 70. Celebra los avances del feminismo.

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Etapas. La cantante y actriz recuerda que cuando estrenó la obra en 1972 no era habitual hablar acerca de los mandatos de la mujer. | Piemonte

Cantante, compositora, actriz… y ahora también directora. Marilina Ross se ve en el espejo de Marta Mediavilla, la joven intérprete que hace el mismo papel que ella hacía en los 70. Solita y sola, texto de Ricardo Talesnik, vuelve a los escenarios, con la creadora de Puerto Pollensa dirigiendo este unipersonal. Las funciones de viernes a domingo en el Maipo Kabaret valen por la vigencia de la obra, por la calidad de Mediavilla y por la ocasión, que invita a ver la trayectoria de Ross en retrospectiva.

—¿Cómo surgió la idea de volver a hacer este espectáculo?

—Una locura de Lino Patalano. Una más. Ya fue locura cuando me convidó para hacerlo en el año 72: hablar de una mujer y de los mandatos sobre la mujer en aquellas épocas era todo un avance. Ahora es fácil hacerlo. Pero en el 72 y 74, los años en que lo hicimos, no era tan fácil. Lino fue productor en aquel momento, y él fue el que me propuso ahora volver a hacerlo, pero esta vez como directora. Me pareció que era una locura, pero divertida. Entonces me metí. Y acá estoy, saliendo de la aventura.

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—¿Cómo elegiste a Marta Mediavilla como protagonista?

—No tuve dudas. La conocí actuando y me maravilló su trabajo en Loop [de Flor Yadid, en Método Kairós] . Entonces no dudé, porque tiene un manejo corporal impresionante, muy necesario para este personaje de Solita.

—¿Qué ha variado de aquella versión en El Gallo Cojo a esta en el Maipo Kabaret?

—Con Marcelo Caballero ahora actualizamos la historia. Blas Lamagni hizo una nueva escenografía, que no tiene nada que ver con lo que había antes, un muñeco hecho con colchones de distintos colores y texturas de cotín. Las voces que salen del muñeco, en aquel momento, las había hecho Carlos Carella; esta vez las hice yo.

—¿Cómo surgió el título?

—Solita y sola [alude a] cuando uno empieza a crecer, no tiene que ver con el estado de soledad. [También], “Solita y sola” era una ronda infantil que había en mi época: “Déjenla sola, solita y sola…”. Yo la adapté para esta versión.

—¿En qué otros proyectos estás involucrada?

—Sigo con mis recitales. Voy a hacer un recital con Damián Mahler en los teclados el 11 de mayo en el Café La Humedad, de Cacho Castaña. Sigo haciendo lo que más me gusta hacer, que es la música. Sigue siendo mi pasión, sigue siendo mi elección. No sé si voy a volver a dirigir; esto me dio mucho trabajo, me encuentra un poco cansada ya. Pero valió la pena hacerlo.

—¿Te vinculás con tu pasado, con tu trayectoria? ¿Sos nostálgica?

—No tengo mucha idea de eso. Lo hecho hecho está, y quedó atrás. No me influye en este presente. Cuando hice mi blog tuve que rememorar toda mi vida, desde que empecé, desde antes de actuar, y se me vino toda la historia encima. Pero no estoy aferrada al

pasado. Ahora hay que ir a cosas nuevas, prefiero hacer

un blog. Prefiero meterme en la computadora y husmear; soy una buscadora empedernida. La computadora es la que más me ocupa. Hago videos, filmo con el iPhone y edito. Eso me divierte mucho, y después, los regalo a la gente amiga.

Pasado y futuro

—¿Cómo te llevás con éxitos como Puerto Pollensa, de 1981, que te han consagrado y son creaciones de varias décadas atrás?

—También me pasa con Quereme, tengo frío: siempre me la piden y tengo que hacerla, a pesar de que fue grabada en el primer disco mío, en el año 74, y después formó parte de aquella historia de Piel naranja, una novela que hice en el 75. Los 70 se me vinieron encima de golpe, me siguen acompañando; aunque yo no quiera me obligan a estar, ¿no? Lo mismo me pasa con Soles, que también es un tema que ha pegado mucho en la gente, y sigue siendo necesario.

—¿Qué posición tenés sobre las transformaciones en torno a la mujer, del presente, y con perspectiva hacia el futuro?

—En Solita y sola, el muñeco [representa] todas las instituciones, no es solamente padre y madre; es la escuela, la Iglesia, son las instituciones que van fijando sus mandatos y que influyen tanto, sobre todo ese patriarcado que ahora queremos sacar un poco de encima, para que nos dejen un poco más de espacio a las mujeres. Estamos en el comienzo del proceso, recién ahora empieza a moverse, felizmente. Yo hace mucho que vengo deseando que esto suceda. Por suerte, me encuentra viva todavía como para ver los primeros coletazos, y muy feliz con este nuevo paradigma del movimiento feminista. Me encanta. He ido a alguna marcha, pero ya no mucho: no puedo moverme, porque tengo problemas físicos que me lo impiden, [pero] publico en las redes y adhiero permanentemente a las cosas que adhiero.