ESPECTACULOS
CLINT EASTWOOD

"Lo único que importa es la próxima escena"

La leyenda de Hollywood estrena su película número 38, El caso de Richard Jewell, donde sigue con su cruzada sobre los héroes norteamericanos modernos. A los 89 años, Eastwood sigue reflexionado sobre los Estados Unidos.

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Etapa. El director y actor ha dedicado éste y sus últimos films (Sully, La mula) a reflexionar sobre la construcción del héroe en Estados Unidos. | gza. warner

El caso de Richard Jewell, película 38 de Clint Eastwood, se estrena el próximo jueves y es otra exploración, la especial de la leyenda en sus últimos años, en héroes reales. Mejor dicho, héroes reales nortamericanos. Así se dio con Sully y su piloto que amenizó en el Hudson, con los soldados que frustraron un intento de atentado en Francia en 15.17 Tren a Parísy y también La mula, con su octogenario traficante.¿Qué ve Eastwood en estos hombres normales enfrentados a situaciones extraordinarias? “Son todos diferentes tipos de héroes. Eso es lo que caracteriza a los héroes de la vida real: son diferentes porque han vivido vidas diferentes. Pero todos deciden superar la adversidad que los oprime. Eso es algo que tienen en común”.

—¿Recordás el incidente en las Olímpiadas de Atlanta de 1996?

—Antes de trabajar en esta película no recuerdo muchos detalles al respecto. No puedo recordar siquiera dónde estaba en aquel instante. Pero recuerdo que en las noticias decían que un guardia habría encontrado el dispositivo, la bomba, y que era un héroe. Y después que decían que se había convertido en sospechoso. Algo que quizás estamos acostumbrados a sentir en la radio o la TV. Recuerdo eso, pero no sabía mucho puntualmente del caso de Richard y lo cierto es que hasta casi me había olvidado del asunto. Pero cuando leí el artículo de Vanity Fair y este guión que me gustaba mucho, me parecía que era un tema que podía tener resonancia en el presente de nuestra sociedad.

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—¿Por qué razón creías que era una buena forma de hablar del presente este caso puntual?

—Porque creía que era muy pertinente. Tenemos por un lado a un hombre común que de repente recibía el peor trato imaginable por nadie, ya que nadie quería frenar el evento a causa de los millones de dólares que se habían invertido en el evento. Claramente la ciudad tenía muchos intereses en juego y lo que Richard había descubierto los complicaba. Así que fueron para adelante con su mejor idea: culpar a un tipo que era vulnerable y podía ser responsabilizado. Y así lo hicieron y casi lo logran.

—¿Y por qué considerás que Richard Jewell más allá de su historia es un personaje tan intrigante?

—Era un hombre que había estado obsesionado toda su vida con la idea de ser oficial de policía. Ejercer la ley era su sueño desde siempre. Y ahí estaba, trabajando de algo que no era exactamente su sueño. Pero ese empleo le permitía, al ser guardia de seguridad, que de alguna forma sintiera que sí lo había logrado. Y resulta que él fue quién fue lo suficientemente inteligente para descubrir, gracias a su intuición, la bomba y dónde estaba. A nadie más le importaba. Salvo muchas vidas. No pensaban que fuera nada importante. Pensaban que estaba loco. En ese escenario, de “él contra el mundo”, sobresale la idea del hombre convertido en héroe.

—Es una historia trágica y que conmueve al mismo tiempo, y vos mostrás la injusticia en todo el proceso. ¿Dirías que fue la política tan solo siendo la política?

—Fue algo muy feo. Fue una real tragedia. No, no la veo como una historia política sino más como una historia humana. El hombre pequeño versus el mundo, otra vez David y Goliath.

 

Solo importa la escena

—¿Qué te gustaría que la audiencia se lleve de una película como “El caso de Richard Jewell”?

—Quiero que vean la tragedia que implicó y que vean cómo las cosas que parecen ser de una sola forma  implican a veces, sin que nos demos cuenta o si no, nos frenamos a juzgarlas, la manera en que se puede hacer sufrir a una persona común. La gente siempre se cuida a sí misma y eso no es lo correcto.

—Es tu película número 38 ¿Después de todos estos años cuál es la satisfacción más grande para vos cuando dirigís?

—La satisfacción más grande es filmar una escena y lograr que se vea de la manera que querías, o que tenga los sentimientos que querías que transmita.

—¿Qué fue lo que hizo te decidieras a realizar esta película?

—Me involucré en el proyecto hace cuatro o cinco años. Había leído el artículo de Vanity Fair, de Marie Brenner, y había leído el guión. Y me gustó mucho éste último. Pero el proyecto estaba justo en manos de otro estudio y yo justo me encontraba trabajando en otro proyecto. Por alguna extraña razón, vaya uno a saber de dónde me salió el impulso, tuve la sensación de que debía preguntar por este proyecto. Y no lo dudé y decidí levantar el teléfono y consultar. Así que lo chequé y logramos revivirlo para llevarlo a buen puerto.

 

*Generica Gentileza de Warner