Tras la muerte de Fernando Peña, una edición especial de la Revista Semanario que sale hoy a la venta, recopila recuerdos de amigos y personas muy cercanas, quienes hablan sobre sus últimos días. “Murió con dignidad”, asegura la locutora Betty Elizalde, amiga del excéntrico actor desde hace 15 años; mientras que María, su empleada doméstica más fiel, cuenta los detalles de sus últimas horas y cómo afectó a su perrito “Mono” la muerte del actor.
“Lo recordaré mucho. Él siempre va a estar en mi corazón. Nunca lo olvidaré porque nos dejó muchas cosas lindas. Nos dejó muchos mensajes. Ahora me doy cuenta de lo que me dice la gente: que por él aprendieron muchas cosas lindas”. Esto es lo que siente María, quien, siendo las 3 de la madrugada, sale del velatorio con “Mono” bajo el brazo.
La última vez que lo vio fue el martes 16 a la noche. “Estaba consciente y muy inquieto. Hasta me dijo que quería pasear por el pasillo de la clínica, cosa que tanto yo como Dahiana Nelson, amiga de él, se lo concedimos. Además, pidió helado de agua, de limón, y sopa. Por el que no se cansaba de preguntar es por su perrito, ya que también estaba enfermo”.
Elizalde, por su parte, recuerda que lo conoció “un día que salió del estudio gritándome ‘yo te quiero porque vos conociste a mi viejo’”. De esta manera nació una amistad que ni el tiempo ni la distancia logró quebrar. Betty dice que aún no puede hablar de él en pasado, pero que lo recuerda con alegría, como lo que fue: “Un tipo de una inmensa ternura, muy inteligente y culto, con el que era fascinante estar”.
La última vez que Betti habló con Peña, él estaba sedado y dormido. Sin embargo, hasta el martes 16 estaba en el sanatorio con una lucidez impresionante y que registraba todos los momentos de la quimioterapia. “ Andaba en silla de ruedas haciendo travesuras, típico de él. Siempre tuve la sensación de que lo iba a poder disfrutar poco tiempo”, agrega.
La nota completa, en la edición especial sobre Fernando Peña de la Revista Semanario.