ESPECTACULOS
mUsica, vida, Etica y prestigio

Los críticos me tuvieron en la mira

En gala. Dylan, al recibir el premio otorgado por la National Academy of Recording Arts and Sciences.
| AFP

Estoy contento de que mis canciones sean objeto de un honor como éste. Pero ya saben, no llegaron solas hasta acá. Fue un largo camino, y hubo muchas cosas que hacer. Mis canciones son como historias de misterio, del tipo que Shakespeare veía cuando estaba creciendo. Pueden seguir el rastro de lo que hago hasta ese extremo. Estaban fuera de lo convencional y también creo que lo están ahora. Y suenan como si hubieran viajado con los pies en el suelo (…).
Sé que debo mencionar a John Hammond, el gran cazatalentos que me llevó a Columbia Records. El me consiguió un contrato con esa compañía cuando yo no era nadie. Puso toda su fe en eso, y se expuso a un gran ridículo, pero John era su propio dueño y tenía coraje. Y por eso estoy eternamente agradecido. Las modas no le importaban a John, y yo era muy poco comercial, pero se quedó conmigo. El creía en mi talento, y eso era todo lo que le importaba (…).
Lou Levi estaba en Leeds Music, y ellos fueron los que publicaron mis primeros temas, pero no duré mucho ahí. Levi me habló con franqueza: no había precedente de lo que estaba haciendo, yo iba adelantado a mi tiempo o atrasado. Y si yo llegaba con una canción como Stardust, él la habría rechazado porque era demasiado tarde para eso (…). Por eso, me aclaró que si yo andaba adelantado a mi tiempo –y no estaba en realidad seguro de ello, pero si estaba sucediendo y era verdad–, al público le costaría tres o cuatro años entender lo que hacía, y debía estar preparado. Y eso sucedió. El problema era que cuando me lograban comprender, yo ya andaba tres o cinco años por delante de eso, así que la cosa se complicaba. Pero él me dio coraje y no me juzgó, y por eso siempre lo recordaré (…).
Aprendí letras y cómo escribirlas escuchando música folk. Las tocaba y conocí a gente que las tocó cuando nadie más lo hacía. No cantaba nada más que cosas folk, y me dieron el código para cada cosa que implica juego limpio, que todo pertenece a todos. Las cantaba en todos lados, clubes, fiestas, bares, cafeterías, festivales (…).
Con mis canciones sólo abrí una puerta diferente en una especie de camino distinto. Nunca pensé que estuviera fuera de lo común. Bueno, ya saben, pensé que estaba haciendo algo natural, pero desde el principio y por alguna razón mis melodías provocaban división entre la gente. Nunca supe por qué. Algunos se enojaban, otros las amaban. Todo eso creaba un ambiente extraño para lanzar mis canciones, pero lo hice de todas maneras. Lo último que pensé fue a quién le importaba lo que estaba escribiendo. Yo sólo escribía. No pensé que estuviera haciendo nada diferente (…).
En verdad, no me importó lo que Lieber y Stoller pensaban de mis creaciones. No les gustaban, pero a Doc Pomus sí. Está bien eso de que no les agradaran porque a mí nunca me gustaron sus canciones tampoco. Era música sin sentido, no hablaban nada serio (…).
Para tocar rock and roll tradicional, hay que tener ritmo, y muy pocas bandas lo tienen hoy en día porque no saben lo que es. Debe haber una combinación de blues y sentimiento hillbilly, éste es un término peyorativo pero no debería serlo. Si no se tiene esto, no se está tocando realmente rock and roll. Tal vez algo parecido, pero no eso. Los tiempos cambian siempre. De verdad lo hacen. Y ustedes deberían estar listos para algo que viene y que no lo esperaban (…).
Los críticos me tuvieron en la mira desde el primer día. Pareciera como que siempre me hubiesen dado un trato especial. Algunos críticos de la música dicen que no puedo cantar. Yo croo. Sueno como una rana. ¿Por qué no dicen lo mismo sobre Tom Waits? Dicen que no tengo voz, que está fundida. ¿Por qué no opinan eso sobre Leonard Cohen? ¿Por qué me dan ese trato especial? También mencionan que no puedo aguantar una melodía y que hablo a mi manera durante las canciones. ¿De verdad? Nunca escuché decir eso sobre Lou Reed. ¿Qué hice para merecer esta atención especial? (…).
Sam Cooke contestó esto cuando le dijeron que tenía una voz maravillosa: “Bueno, eso es muy amable de tu parte pero las voces no deben ser consideradas según lo lindas que son. En cambio, deben importar si te convencen de que están diciendo la verdad”. Piensen en eso la próxima vez que escuchen a un cantante (…).
Ahora me voy a ir, salgo de sus vidas. Probablemente, no me he referido a muchas personas, y hablé demasiado de algunos. Pero está bien. Como dice la canción espiritual: “Aún estoy cruzando el Jordán”. Espero que algún día nos encontremos de nuevo (…).

*Extracto del discurso brindado al recibir el premio Musicares Person of the Year 2015 en la ciudad de Los Angeles.

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