Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Italia, España, Chile, Brasil, Colombia, Perú y hasta Vietnam son algunos de los países donde aterrizó el formato MasterChef. En la Argentina, Telefe lo compró en 2014 y lo emitió los domingos a las 22 en competencia con Periodismo para todos, cuyo resultado de rating fue de 14,5 puntos de promedio, el mismo de PPT. Este año, en la segunda temporada lo cambió a los miércoles a las 21.15, extendió su duración y el promedio –hasta s última emisión– es de 14,6 puntos, detrás de Esperanza mía y Las mil y una noches, la tira turca que suele ser lo más visto, con 20 puntos. El jueves 16, además, lanza el formato infantil, MasterChef Junior, en el prime time. Los miércoles a las 21.15 siguen compitiendo por el título –que el año pasado ganó Elba Rodríguez– los participantes Mercedes, Alejo, Francisco, Martín, Jacinto, Alan, Lía, Sebastián y María. Ellos siguen escuchando de parte del jurado –integrado por Donato De Santis, Germán Martitegui y Christophe Krywonis–, y con la conducción de Mariano Peluffo, devoluciones como “tu plato es una atrocidad”; [éstos son] “ravioles de vómito de mollejas”, “se ve que en tu casa les gusta comer chicle de pulpo”, o amenazas como “éste es un plato para irte”. Competitividad, historias de vida, talentos escondidos y recetas son algunos de los atractivos del programa que, de cara a los números de la televisión, está entre los diez más vistos.
Sebastián Moguilevsky, gerente de Contenidos de Eyeworks, productora del programa, relata: “Terminamos de grabar hace un mes y medio; sólo queda por hacerse el programa en vivo con el ganador. En realidad, ya sabemos no sólo quiénes son los dos finalistas sino quién es el ganador. El año pasado fue igual pero, como salíamos un domingo, se grabó el viernes y las redes sociales tuvieron el dato de la premiación. Por eso, el finalista este año sólo lo saben los tres jurados y muy pocas personas de la producción. Ni siquiera Peluffo lo sabe”. Se va a comunicar en vivo en la última emisión.
Por otra parte, MasterChef junior se está editando, y se habla de una tercera temporada del concurso entre adultos, aunque Telefe no lo comunicó. En 2013, con Celebrity Splash al aire, la emisora quería comprar otro formato internacional. MasterChef sonaba fuerte y Telefe decidió arriesgar a la propuesta de la productora internacional Shine, con central en Inglaterra, iniciada por Elisabeth Murdoch –hija del dueño del emporio Fox– antes de su fusión con otros gigantes como Endemol y Core Media. En América Latina, MasterChef sólo había pasado por Perú en 2011, en una experiencia de menor dimensión. Luego tuvo un éxito enorme en España, donde Televisión Española lo coproduce desde 2013 con picos de 3 millones de televidentes. A partir de esto se fue delineando la versión local, que conserva algunas exigencias –como no emitir publicidad de alcohol o cigarrillos, o productos que resulten dañinos para la salud–. Para Moguilevsky, “las versiones inglesa, norteamericana y australiana, que son las más fuertes, parecían un poco inaccesibles. Australia tiene una versión diaria; Inglaterra lleva diez temporadas y es todo muy lento, muy inglés, casi aburrido según cómo nosotros vemos televisión; la de Estados Unidos es muy dinámica, pero con Gordon Ramsay como conductor, es un formato vertiginoso de 45 minutos que Telefe no puede pagar. Presupuestariamente no podíamos acercarnos a España porque allí tienen los estudios monstruosos de la Televisión Española… Iba a ser el primer experimento de concursos de cocina en la Argentina”.
Así fue como desembarcaron las “biblias” (guiones con sugerencias y restricciones) del formato internacional de Shine, con los pasos, contenidos, presupuestos y datos técnicos y de realización. Allí aparece un margen para la selección del casting de participantes: “Es a gusto de cada pantalla; no hay un desglose, se puede adaptar al mercado”. Lo mismo para el casting de jurados: “En nuestro jurado, Donato descomprime; Christophe va entre los extremos: de lo duro y rígido francés a lo cariñoso y sensible, y Germán es elegante, minucioso, detallista, y es el sello cualitativo por ser la cabeza del restaurante número uno de Argentina, en el top 10 de Latinoamérica y en el top 100 del mundo”.
Lo que desde el formato no es negociable son algunas características del producto: “Los participantes deben realmente ser amateurs, no pueden haber tenido estudio profesional alguno ni trabajo de cocina en toda su vida; se trata de encontrar al mejor chef amateur. Por otra parte, el estudio –si bien las dimensiones se adaptan a las instalaciones que se pueden conseguir– debe estar distribuido en tres espacios: zona de cocina, zona de supermercado –que debe tener variedad, colorido y productos de calidad– y zona de restaurante. Las actividades deben ser tanto dentro como fuera del estudio; las de exteriores, por equipo, y las de interiores, individuales o en pareja. Dentro de cada temporada deben aparecer: la caja misteriosa, pruebas de creatividad y pruebas de presión. Las actividades no pueden requerir más de una hora y media de realización, por lo que estamos obligados a no incluir platos que requieran más de una hora y media en total, sólo se puede hacer platos factibles en tiempo de cocción y de enfriamiento. Tampoco puede haber actividades tan sofisticadas, que ningún participante pueda hacerlas, porque hablaría mal del formato destinado a la capacidad de los amateurs. No obstante, ellos reciben clases en paralelo al programa en la escuela de Mausi Sebess, porque necesitamos mostrar que van incrementando su capacidad. El estilo de cocina queda a criterio local. La versión de Vietnam tiene mucha base de arroz; en la española hay mucha comida regional, porque el canal se ve en todas las provincias españolas. Acá hacemos cocina argentina con alguna particularidad de comida norteña o carnes salvajes del Sur y cosas internacionales de cualquier lugar del mundo”.