A las nueve de la mañana del jueves 28 en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo reina el más absoluto silencio. Un pequeño equipo de productores y técnicos se hacen gestos de oficio mudo y caminan por el hall con sigilo de samuráis. El clima de respeto se debe a que en el otro cuarto están Viviana Saccone, Luis Machín y Adrián Navarro ensayando una de las escenas que se verán hoy lunes en Montecristo.
Como si toda precaución fuera poca, antes de gritar “acción” el director pide nuevamente que nadie hable. Se graba. Adentro del cuarto están actuando los momentos previos al que todos esperan: cuando Laura (Paola Krum) finalmente recupere su identidad al encontrarse con Victoria, su hermana de sangre (Viviana Saccone), y con la que además de sus progenitores tiene otras cuestiones en común.
Mientras la ficción se desarrolla, a pocos metros, la abuela Irma Rojas nos cuenta cómo ven desde la asociación los sucesos de las últimas semanas ligados a la aparición de sus nietos secuestrados durante la dictadura militar, que las pusieron como protagonistas de la telenovela . Junto a Irma está Micaela Corbacho, colaboradora de la institución, que habla acerca de Marcos Suárez, el nieto número 85 que recuperaron, que se habría reconocido viendo su foto en Montecristo. “No fue exactamente así –explica Corbacho–. A nosotros se nos ocurrió que, como estaban grabando en la asociación, podíamos pedirles que salieran en el programa unas fotos de bebés secuestrados, para que por ahí, por una de esas casualidades, alguien se viera y se identificara. Se nos ocurrió eso como para tirarnos un lance, ya que Montecristo tiene tanto público. Se eligieron dos fotos que eran muy nítidas. Este programa iba a salir el martes o el miércoles a la noche con la foto de Marcos Suárez y otra bebita; ese mismo día a la tarde le avisan a Marcos que su ADN coincidía con una familia del banco de Abuelas. Y justo ese día a la noche vio su foto en Montecristo. Fue increíble.”
Más allá del malentendido con respecto a ese tema –varios medios publicaron que Marcos Suárez se reconoció al verse en el programa–, las Abuelas están felices con la serie. Irma se fotografía junto a Luis Machín, y cuenta: “En Montecristo se ve todo lo que nosotros hemos pasado. La telenovela está hecha de nuestra historia”.
Finalizada la grabación, Viviana Saccone asegura: “Siempre es movilizante grabar escenas en Abuelas, es fuerte. Y hoy más que nunca, porque mi personaje, después de tanta búsqueda, encuentra a su hermana, con la que además, por una particularidad culebrosnesca, comparte su amor y competencia por Santiago ”.
El programa saldrá mañana, compitiendo con Bailando por un sueño 3. Saccone opina: “Sé que siempre se calculan estas cosas, que hay estrategias, pero yo trato de mantenerme al margen de esto. Es una pelea que no me pertenece”.