ESPECTACULOS
Matt Groening

“Los Simpsons triunfaron cuando Bush los condenó”

El jueves 19 se cumplieron 20 años de su primera salida al aire. Llevan ganados 21 premios Emmy. Están en el Boulevard de la Fama de Hollywood. Son Homero, Marge, Bart y el resto de la más célebre familia del dibujo animado televisivo. Y esto dijo su creador, un fuera de serie.

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"Los Simpsons" rebasaron todas las esperctativas de su creador. | Cedoc

Necesita Matt Groening presentación? Su evolución de caricaturista “underground” de Los Angeles a creador de uno de los más queridos e influyentes comics del siglo XX es hoy una leyenda. En 1977, Groening empezó a bosquejar un tira cómica llamada Life in Hell (La vida en el infierno), sobre las desaventuras de unos odiosos conejos atropomórficos, además de Akbar y Jeff, una pareja de homosexuales que manejaba una interminable sucesión de negocios de mala reputación. Life in Hell llamó la atención del productor James L. Brooks, quien le encargó a Groening una serie de cortos animados para pasar durante The Tracey Ullman show de la Fox. Y Groening creó a Los Simpsons , con una duración de 15 minutos, que duraron varias temporadas allí, hasta que en 1989 la crítica ya los aclamaba tanto que se convirtieron en un programa independiente de media hora.

En 1999, Groening y David X. Cohen lanzaron la caricatura Futurama , que rápidamente fue amada como una serie de culto por sus seguidores, a pesar de que la cadena Fox no confiaba en su éxito y finalmente la canceló. Luego, su innegable popularidad sectorial obligó a Fox a presentar Futurama bajo la forma de películas en DVD. Hoy, según lo que se rumorea, Groening está trabajando en un muy prometido largometraje de Los Simpsons, además de publicar los comics Bongo y seguir escribiendo y dibujando Life in Hell. Poco antes del anuncio de The Simpsons, the movie , el A.V. Club le preguntó a Groening por qué cree que Los Simpsons por siempre es más que sólo el título de un libro. Y esto dijo:
Para mi generación, los Simpsons tienen lenguaje propio. ¿No oye a personas que a menudo utilizan frases de los Simpsons? Me pasa en la calle: alguien que parece un lunático diciéndome tonterías termina siendo un fan de la serie repitiendo alguna frase favorita de Bart u Homero.

—¿Cómo lo hace sentir a eso?
—Al principio me sobresalta, pero en general los fanáticos no son violentos.

—¿O sea que al principio está asustado y después se siente halagado?
—Primero asustado y luego... aliviado (risas).

—¿Qué puede decirnos sobre “Futurama” en el cine?
—Vamos a hacer otras cuatro películas, y las lanzaremos directamente en DVD. Estamos intercambiando e-mails e ideas con David X. Cohen y Ken Keeler, que trabajaron en la serie en sus comienzos. Ahora mismo estamos tratando de ver si vamos a hacer una épica gigante, o películas medio locas que no tengan nada que ver una con la otra; no sabemos bien. Apuesto que Bender se destacará.

—¿Por qué cree que hay quienes se identifican con Bender?
—Como Homero, él no siento ninguna culpa. Hace lo que desea. Es uno de los pocos robots de la cultura pop que no es ni un debilucho afeminado ni un psicópata sin sentimientos. Tiene mucha emoción.

—Es el favorito de los fans...
—La gente adora a Bender. Es como Homero, pero siendo un robot en el universo de Futurama.

—¿Por qué cree que la Fox trató a “Futurama” del modo en que lo hizo?
—Creo que había un grupo de ejecutivos que no entendían el programa. No entendían cómo el humor que venía de un monstruo-cangrejo, de un robot que está loco y de una chica cíclope, podía cambiarles su manera de pensar.

—Pero usted hizo “Los Simpsons” con Fox. ¿No confiaban en su experiencia previa? ¿No le dieron cierto crédito?...
—Bueno, mantuvieron Futurama cuatro años en el aire. Pero no entendían nada. Hubo una serie de programas que no se “entendieron” en la Fox. Para su credibilidad, el estudio se fijó en los ratings de Cartoon Network y vio cuánto se veía el programa en todas partes, y vio en eso una oportunidad de hacer más dinero. Así que ahora tuvimos que volver con una serie de historias que habíamos pensando, pero que nunca llegamos a realizar. Cuando David Cohen y yo comenzamos con el programa, pasamos varios años creando el universo de Futurama, y tenemos muchos personajes e historias que nunca pudimos llevar a cabo en el programa.

—¿Se siente reinvidicado porque “Futurama” se ha vuelto un éxito en horarios para adultos, y en DVD?
—Supongo que sí. Una de las grandes cosas sobre el proceso entero es que los fanáticos siempre nos han alentado y ayudado increíblemente, así que es divertido poder darles lo que ellos quieren: más Futurama.

—“Los Simpsons” es el dibujo animado que hasta hoy más duró en el aire. ¿Cómo evita la canibalización, y repetirse a sí mismo?
—Tenemos un grupo de escritores y animadores que son tan jóvenes que crecieron viendo el programa. Así que se saben toda la historia de memoria, y nos recuerdan cuando nos repetimos. El objetivo es inventar nuevas historias que sorprendan a la audiencia y a la gente que ha estado trabajando durante los últimos 15 o 20 años.

—Usted colecciona “merchandising de contrabando” de los Simpsons. ¿Cuáles son las piezas más preciadas?
—Perdí muchas figuritas de “ Bart Sánchez de Tijuana en los terremotos”. Es trágico. Los artesanos están trabajando noche y día para crear más material no autorizado de Los Simpson, para que yo lo ponga en mi repisa (risas). Tengo muchísimas cosas, entre ellas muñecas rusas de Los Simpsons que me envían, como así también culturas y pinturas, juguetes extraños y un libro ruso de los Simpsons para colorear. Al artista, capaz que le mostraron un episodio, y en él se basó para dibujar toda una tira cómica con vagas impresiones.

—Así que usted “inspira” la creatividad ajena...
—Sí (se ríe), parecen los Simpsons dibujados por alguien drogado...

—¿Tiene algún control sobre la mercadería? ¿Puede decir: “La integridad del programa se degradaría si hubiera preservativos Bart Simpson”?
—Buena idea. Tengo que hacer una llamada. Por ahí tenemos tal avalancha de mercadería que queda fuera de nuestro control.

—¿Cuándo se dio cuenta de que “Los Simpsons” no era algo del momento, sino un fenómeno de la cultura pop?
—A principios de los ’90. El programa salió al aire en diciembre de 1989, y en primavera la “simpsonmanía” ya estaba instalada, con mercadería no autorizada, como remeras que se vendían en cada esquina de Nueva York, y ya era “condenado” por el presidente Bush. Un éxito.

—Cuando hacía cortos para el “Tracey Ullman show”, ¿se sintió preocupado de que “Los Simpsons” tuvieran que extenderse a un capítulo diario?
—Para nada. Los personajes fueron creados para que se volvieran una serie de TV algún día. Estuvo en el show de Tracey Ullman tres años. La primera temporada, mantuve a los personajes en la casa y traté de fijar el modo de hacer gags en los 15 segundos que tenía por segmento. Luego, gradualmente, los fui moviendo hacia afuera en la segunda temporada; luego, agregué más personajes en la última temporada, antes de salir al aire como serie. El payaso Krusty y Itchy & Scratchy (Tom y Dali), todos eran parte de los cortos en el Tracey Ullman Show. Estuvo inspirado por SCTV (Second City Television, programa cómico canadiense), con todos los personajes de Melonville interactuando. Y pensé que, con un programa animado, no sólo podíamos mostrar nuestros principales personajes, sino también los productos y series televisivas que ellos consumían, y sus variopintos vecinos y compañeros de trabajo. Los personajes creados rebasaron mis expectativas; ahora tenemos alrededor de 300 personajes secundarios.

—¿Tenía noción de que la gente adoptaría el “mundo Simpsons” tal como lo hizo?
—Pensé que iba a ser exitoso, pero no sospeché que iba a serlo tanto.

—¿Es verdad que James L. Brooks quería adaptar “Life in hell” para el “Tracey Ullman show”, pero usted se negó porque había renunciado a sus derechos sobre los personajes?
—No, lo que pasó es que yo tenía una buena performance con mi tira semanal y tenía miedo de que eso no funcionara, convirtiéndose en una mancha como caricaturista de Life in hell. Así que creé a Los Simpsons para los cortes del Ullman show.

—¿Cree que “Life in hell” hubiera tenido el mismo éxito que “Los Simpsons”?
—Pienso que los seres humanos tienen más impacto sobre la audiencia que los conejos, pero... ¿quién sabe? Uno de estos días, tal vez termine animando a los personajes de Life in hell; todavía los sigo dibujando semanalmente, desde hace 25 años.

—Aaron Mcgruder dice que las tiras cómicas están muriendo como forma de arte. ¿Está de acuerdo?
—Pienso que en los diarios el cómic es maltratado, como si fuera a matar al medio. Los imprimen tan pequeños que parecen títulos. En épocas pasadas, eran presentados como vidrieras para algunos de los más grandes artistas pop que hayan existido en este país.

—En “Wikipedia”, su biografía dice que usted se mudó a Los Angeles y trabajó de “biógrafo” de un director de cine muy anciano. ¿Es verdad?
—Sí, trabajé para un vejete de 93 años. Pero llamarlo “director” es exagerado: dirigió películas del Oeste clase B y no tenía mucha carrera como director.

—Entonces, ¿fue su biógrafo?
—Vi un anuncio en Los Angeles Times que decía: “Se necesita escritor/chófer (se ríe), y vi la película de Billy Wilder Sunset Boulevard: eso me llevó a tomar el empleo. El tipo era un poco como Mr. Burns, lo que creo que eso me hace a mí un poco como Smithers (más risas). Me acuerdo que arrastraba los pies junto a mí, con el carrito del supermercado, y yo empujando el carrito. El supermercado era enorme y yo tenía que llevar el carrito: me sentía un bobo.

—¿Por qué se mudó a Los Angeles?
—Fui a la facultad en Olimpia, Washington. Una escuela progresista, la Evergreen State College, donde no había ni grados ni escalas. La recomiendo a todas las personas “medio raritas”, pero ojo, que también ofrece disciplina y creatividad.

—Suena a utopía hippie...
—Si, y aún lo es. Cuando llegó la hora de irme, había tres destinos: Seattle, que es donde la mayoría de mis compañeros fueron; New York, donde el resto fue; y Los Angeles, donde nadie iba. Pensé que sería lo mejor todos, y allí fui.

—Y escribía una columna sobre música para “L.A. Reader”...
—No, me dieron una columna de chismes sobre músicos, pero yo no sabía ningún chisme y me desagrada entrevistar a estrellas del rock.

—¿Y qué es eso de que le gusta la “música oscura”?
—Uy, sí (se ríe), prefiero escuchar a un compositor clásico como Olivier Messiaen que los “hits del pop” de hoy.

—¿Qué es lo que retrasa el rodaje de la película de “Los Simpsons”?
—A la serie de TV la trabajamos durante todo un año, así que no hay ni animadores ni escritores ni productores que no digan “empecemos ya”. Siempre estamos con la serie, y nos parecía que no valía la pena hacer la película, a menos que tuviésemos una gran historia que justificara sacarle a la gente un billete de diez dólares... Y también queríamos esperar a que la entrada costara diez dólares, claro (risas).

—Pero usted viene hablando de esa película desde 1996....
—Bueno, hacemos muchos chistes. Una vez, un escritor dijo que la película iba a ser sobre “Bart Simpson perdiendo la virginidad”, y eso salió en todos los diarios del mundo, y era un chiste. En realidad va a ser sobre Milhouse perdiendo su virginidad, ja.

—¿Cuál es su Simpson favorito?
—A mí me encantan Apu, la madre del Director Skinner y Ralph Wiggum. Me gusta también ese adolescente de voz finita, que parece estar ahí sólo para que Homero pueda tener su malteada o su entrada de cine.

—Usted dijo que su carrera adulta se basa en vivir sus fantasías de niño. ¿Qué fantasía aún no vivió?
—Miro dónde estoy y trato de pensar: “¿Qué puedo hacer que sea divertido y haga reír a los demás?”. Tengo “palomas en la galera”, pero hay mucho que hacer para prolongar la metáfora de la niñez. Con Los Simpsons película, Los Simpsons en TV, mi tira semanal y cuatro DVD de Futurama, sé lo que voy estar pensando los próximos tres años...

—¿Qué aspecto lo satisface más del boom de “Los Simpsons”?
—Antes me hacía feliz que mucha gente se ofendiera o escandalizara viendo Los Simpsons. Siempre me sentí como el Pato Lucas perseguido por Elmer: metáfora del mundo exterior. Pero ahora Elmer sabe que no se puede meter con nosotros, así que finge que le gusta Los Simpsons, aunque yo sé que no es verdad.

—“Los Simpsons” trató el tema de la fe más que ningún otro programa. ¿Fue pensando, o salió así?
—Como es un dibujo animado, podíamos mostrar todos los aspectos de la religiosidad. No es solamente la familia diciendo las gracias a la hora de comer, sino mostrar también el infierno, el diablo y hasta Dios: un tipo que mide como 6 metros y usa un vestido blanco. Es gracioso. Nunca hemos mostrado la cara de Dios, excepto en el episodio “ La casa del árbol del terror”, cuando Kang y Kodos utilizan un rayo acelerador en un partido de béisbol muy aburrido y terminan colapsando el universo. Siempre pensé en mostrar a Dios con una larga barba blanca y la cara desdibujada debido a su luz interior... pero con los dos pelitos de Homero en la cabeza.

—¿Alguna vez Homero va a tratar su alcoholismo?
—Un desafío chistoso. Trabajaré en eso. Me imagino que Homero en recuperación sería graciosísimo.

—Uno de los guionistas de “Los Simpsons”, John Swartzwelder, es anarquista, ¿no?
—Bueno, él no estaría de acuerdo con eso (risas), pero es posible. Ser irascible es su especialidad. Uno de los escritores más graciosos del mundo. Aplaudo sus novelas, que se pueden comprar vía Internet en Amazon. Una sobre un detective duro, otra de vaqueros...

—¿Cuánto hay de Jerry Lewis en el payaso Krusty?
—Yo me basé en un payaso que vi en Portland, Oregon: “ Rusty Nails” (“Uñas Oxidadas”), cuya personalidad no tenía nada que ver con la de Krusty. Era muy dulce, con verdadera bondad de payaso (se ríe), pero con un nombre aterrador. Y no me di cuenta de que era judío hasta que Kay Kogen y Wally Wolodarsky, dos de los escritores originales de Los Simpsons, me lo señalaron.

—Se dice que les gusta ver una y otra vez todos los episodios...
—Sí, nos sentamos en casa a ver las repeticiones, porque a veces ya hemos olvidado algún episodio. Al final de esta temporada habremos hecho 385 episodios, y en la que viene superaremos los 400...

—¿Piensa que “Los Simpsons” pueda terminar alguna vez?
—Honestamente, no lo creo. Sí, es posible que se vuelva engorroso financieramente y entonces digamos: “Bueno, adiós”, pero por ahora es más creativo y mejor de lo que fue. Así que no hay razones para pensar en eso. Yo oigo la risa de la gente y pienso: “Bien, con eso me basta”.

*Fuente: © A.V. Club 2006. Traducción del inglés: Mariana Elizeche © PERFIL.