Así como no hay crimen perfecto, hoy la tecnología deja escaso margen para mantener en perfecto secreto situaciones como, por ejemplo, un encuentro amoroso entre dos famosos. Ni siquiera la distancia es un obstáculo para evitar la inmediatez de la información y, por supuesto, de las fotos.
Y cuando a uno de los protagonistas la emoción lo incita a compartir su felicidad de manera anticipada con 519.182 personas, no existe blindaje posible. Aun sin el millón de seguidores que logró Luisana Lopilato en Twitter, los quinientos mil de Luciana Salazar son un número considerable y, además, incluye periodistas. Y así, nunca nada será secreto si, adrede, escribe acertijos de fácil resolución.
El lunes 7 de noviembre, la rubia ¿vedette?, ¿cantante?, ¿ex ShowMatch? cumplió algo más de 30 años –algunos sitios señalan que nació en 1980; otros, en 1973– y su cuenta social, mucho más asequible que su agente de prensa, se llenó de saludos. Y ella no se pudo contener: “El mejor regalo ya lo tengo”; “Festejando las 0 hs en el lugar más lindo del mundo con lo q más quiero”; “Mmm, igual el mejor regalo ya lo tengo”.
Esos tweets y el llamado estratégico de una muy buena amiga hicieron el resto y la preservaron de quedar como responsable de la filtración. Y sobre todo, de romper el pacto de silencio que ella y Martín Redrado habían convenido para el encuentro secreto en París.
La semana pasada PERFIL quiso –sin éxito– corroborar con Luciana y con su poco operativa agencia lo que ya era obvio, que viajaría para verse con el economista. Redrado, en cambio, sí respondió y ocultó la cita parisina: “Estoy trabajando como árbitro de una controversia entre China y EE.UU. en la Organización Mundial de Comercio. No la he visto a Luciana”.
Arde París. Dos imágenes de espaldas de Lulipop y Redrado en el interior del Louvre y de la Opera de París fueron publicadas este viernes por Paparazzi. La confirmación que faltaba y el mejor regalo de cumpleaños de la blonda.
Y aunque no hubo ni paseos en Jaguar ni pernocte en ninguna suite del lujoso Ritz sí se alojaron en un departamento que al economista le facilitó Christian Noyer, presidente del Banco Central de Francia, como parte de la invitación para conferenciar en la entidad sobre la situación griega y de América latina.
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