Madonna (50) parece moverse al frenético ritmo del espectáculo Sticky & Sweet que está ofreciendo alrededor del mundo, en el que se entrecruzan picantes comentarios de la cantante y los millones que su esposo -el director de cine inglés Guy Ritchie (40)-, reclama para estampar la firma que disolverá el vínculo matrimonial que los une desde hace 8 años.
El concierto que la ítalo-norteamericana acaba de ofrecer en Boston (Estados Unidos), lo abrió con el tema I’m not sorry, y al concluir la canción dijo: "Es verdad, no estoy arrepentida de nada", haciendo alusión a su flamante ruptura sentimental.
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