Por otro lado, es cierto que con mucho menos cantidad de fans instalados en la puerta de La Mansión del Four Seasons –donde se alojó–, ella tuvo una estadía algo más relajda y sus hijos pudieron moverse como turistas por La Boca, Puerto Madero y el Tigre con menos presión que la que esperaban los encargados de seguridad locales. Después de su último recital en River Plate, se esperaba que Madonna viajara al día siguiente a Santiago de Chile para “aclimatarse”, pero no fue así: demoró su partida casi 48 horas.
Esa misma noche, en el Faena, participó con todo su equipo de bailarines de la fiesta que musicalizó su “telonero”, el DJ Paul Oakenfold: bailaron de la 1.30 a las 4 de la mañana y entre los invitados vernáculos estuvieron Martín Churba, Gustavo Cerati, Emanuel Horvilleur, algunos de los integrantes del grupo de reggaeton Calle 13, el polista Nacho Figueras y su mujer Delfina Blaquier, y hasta Carolina “Pampita” Ardohain y Benjamín Vicuña.
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