ESPECTACULOS
Entrevista

Marilú Marini: "Soy muy pañuelo verde, apoyo la lucha feminista"

Enorme actriz, cada vez le cuesta más dejar París porque extraña a sus nietos. Habla de estos tiempos en que lo que manda son las finanzas y no el arte.

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AU REVOIR. Marilú Marini regresará a Francia el 12 de diciembre para realizar una gira teatral con guiones de Rainer Werner Fassbinder y dirección de Pierre Maillet. | Néstor Grassi.

Parece una coincidencia del destino: la entrevista con Marilú Marini se realizó en un bar con nombre francés. Tal vez para no extrañar tanto a su patria adoptiva la actriz y directora Marilú Marini aparece con una sonrisa y un carisma únicos. Hoy ya tiene más películas filmadas en Argentina que en Europa y acaba de estrenar el 21 de noviembre: el film Los sonámbulos de Paula Hernández. En el elenco está junto a Erica Rivas, Ornella D´Elia (una revelación), Luis Ziembrowski, Valeria Lois, Rafael Federman y Daniel Hendler. Comparte este debut con el reestreno en el Teatro Nacional Cervantes de Sagrado bosque de monstruos, con dirección de Alejandro Tantanián. “Es un bello ámbito y la sala María Guerrero es mágica. Es un espacio que dice y habla”, subrayará.

Después del 12 de diciembre vuelve a París para iniciar una gira con un espectáculo basado en guiones de Rainer Werner Fassbinder y dirección de Pierre Maillet. “Lo estrenamos el año pasado y finalizaremos en el 2020. – Anticipa- Luego tengo un proyecto allá, me gustaría llevar Matate amor de Ariana Harwicz, protagonizada por Erica Rivas. La haríamos con traducción simultánea. Quiero adaptar al escenario otros textos de Harwicz, pero para un actor. Y en marzo saldrá una nueva serie de Netflix que se llama Vampiros, donde hago la reina de ellos”.

—¿Qué te decidió para filmar Los sonámbulos?

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—El guión tiene una particularidad ya que habla de una transformación en el lazo familiar. Muestra una saga de mujeres presentes en la historia, quienes frente a situaciones establecidas de quiebre en el hogar toman posiciones que no son tradicionales. Hay algo fisurado y se refleja que quieren tomar un nuevo cuerpo o rostro. Me interesó contar esta historia de mujeres metafóricas que toman aspectos nuevos y distintos. Esto me atrajo y particularmente mi personaje –Memé- la abuela, que quiere perpetuar un mandato, pero internamente también lo va a quebrar. Hay cierta contradicción, lucha y es fuerte.

—¿Hay diferencias cuando dirige una mujer o un hombre?

—Las mujeres somos de reinventar situaciones a cada momento. Paula (Hernández) trabaja con lo que es y no con la norma. Ella siempre estuvo presente, sin ser controladora. Es la madre del proyecto, pero le dio libertad para que esa estructura se desarrolle. Es una persona que está en el acontecer y tiene un profundo conocimiento de lo que está haciendo.

—Filmaste mucho en Francia, por ejemplo con Ariane Mnouchkine en la película Molière…

—Ahí tuve un serio problema físico, agarré un shock alérgico y tuve que suspender muchas escenas. Hice de la reina, madre de Luis XIV - el rey Sol- y aparezco solo en un momento cuando estamos mirando una escena que representa Molière.

—¿Y también con Catherine Deneuve?

—Si…me había convocado el director Hugo Santiago. Fue una linda experiencia, porque no estaba tan formada en el lenguaje cinematográfico y Catherine fue una muy buena mentora. Me ayudó. Es una persona con cierta distancia pero es cooperativa y solidaria. Me sorprendí porque tenía la idea de alguien muy alejado, lo es, pero eso no le quita que te de un acceso a su profesionalismo. Se puede compartir una escena con ella, sin ningún tipo de problema.

—¿Qué te decidió para irte a París?

—Tuve una posibilidad de abrir horizontes a un lugar que conocía y amaba. Sentí que me podía formar y crecer. Me fui a fines de 1975. Estaba haciendo Señorita Gloria de Roberto Athayde, con dirección de Roberto Villanueva. Ambos habíamos recibido una serie de llamados intimidatorios. Vimos que vendría una situación complicada y difícil. Era un espectáculo donde una maestra daba una clase y en la última parte torturaba a un alumno. Tuvimos una gran adhesión de público y crítica.

—¿Tu proyecto es vivir un tiempo en Francia y otro aquí?

—Cada vez me cuesta más separarme de mi familia, porque en París tengo nietos. Me fascina volver y trabajar con mis colegas, compañeros y camaradas. A principios de este año filmé otra película: Nocturna del director Gonzalo Calzada, con Pepe Soriano.

—¿Sos pañuelo verde?

—¡Muy! Siento que ahora vemos los manotazos de un sistema que no quiere dejar el lugar del poder. En este momento las ideologías que pueden unirnos son las luchas feministas, las ecológicas o para recuperar una identidad. Las otras están muertas, no hay un partido político que pueda representar a lo humano. Sabemos que lo que nos gobierna en estos momentos no es ni siquiera la economía, sino que es la finanza y lo hace por encima de lo ideológico, que está debilitado. La ultra derecha ya está instalada en Europa.

 

“Junté un casting soñado”

Los sonámbulos es el cuarto film de la directora Paula Hernández, luego de Herencia (2001), Lluvia (2008) y Un Amor (2011). “Desde inicios de 2015 –asegura Hernández- que es cuando asoman las primeras ideas hasta octubre del 2018, que fue cuando pudimos filmarla, podría decir que pasaron infinidad de cosas que repercutieron. Hubo demoras en relación a la financiación: cambio de productor, de gobierno, de plan de fomento del INCAA y posterior congelamiento de los créditos. Meses que se convirtieron en años e incluso ya teniendo el dinero confirmado, hubo una última espera “climática”. Porque esta historia no se podía filmar en los meses de frío, así que hubo que esperar al calor. Cuando intento buscarle algo positivo a toda esa postergación, diría que ese tiempo se invirtió en madurar el guión. En replantearme profundamente el esquema de trabajo que deseaba, en juntar a un casting soñado, mi equipo técnico, en trabajar nuevamente a la par de un productor como Juampa Miller, que transita los procesos con mucha lucidez y calma. En atreverme a ser nuevamente productora de mi propia película, cosa que no hacía desde Herencia. También hubo circunstancias alentadoras, como recibir dos fondos (Visión Sud Est y Programa Ibermedia) que ayudaron a la financiación y la coproducción uruguaya de Oriental. Estamos en un momento histórico de mucho aprendizaje. Las nuevas generaciones de directoras tienen una claridad mayor en cuanto a sus roles, que la que muchas de nosotras teníamos cuando empezábamos”, finaliza.