Supo ser un galán que arrancaba suspiros, un héroe de acción en el cine, y un padre de familia devoto y disciplinado en la vida real. Pero el paso del tiempo, lejos de traer sabiduría, parece haberle sentado bastante mal a Mel Gibson, el actor de 54 años que esta semana se vio envuelto en un escándalo que dejó a la vista una vez más su comportamiento irascible, sexista y xenófobo.
En esta oportunidad, la encargada de mostrar al mundo la faceta más oscura del director de La Pasión de Cristo no fue otra que Oksana Grigorieva, la música ucraniana por la cual él dejó a su histórica esposa y madre de sus siete hijos en 2008. Y lo hizo con una prueba contundente: la grabación de un "monólogo" telefónico y a los gritos en el que él, entre otras cosas, la compara con "una cerda en celo" por su modo de vestir.
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