ESPECTACULOS
Las licencias que slo pueden permitirse las grandes figuras

Mercedes emocionó, retó a Charly y pidió perdón

La "Negra" cantó en el Parque Roca en la apertura del séptimo encuentro "Música de provincias". Retrasó el comienzo para ver si llegaba más gente, admitió que se olvidó de una canción y le pegó a Charly García por su ausencia.

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Toda la magia de Mercedes Sosa, en un recital con muchos invitados pero poco pblico. | Tlam
La admirada Mercedes Sosa inauguró ayer el séptimo encuentro Músicas de Provincia con un recital en el estadio Parque Roca, frente al ex Parque de la Ciudad, donde el público no llegó a colmar las instalaciones pero igualmente vivió en un clima de fiesta como suele suceder en las presentaciones multitudinarias de "la Negra".

Sosa arribó al escenario unos 40 minutos después de la hora anunciada, quizás a la espera de que llegasen más espectadores, pero es posible que conspirara contra eso la lejanía del lugar y el día lluvioso que pudo retener a algunos.

De todos modos la ceremonia se produjo: la artista tucumana se puso de inmediato a los presentes en el bolsillo con su habitual saludo "Buenas noches, Buenos Aires!" y la pertinente "La canción es urgente", muy bien recibida.

Siguió un segmento con la edulcorada "Zamba para olvidarte", con la que Daniel Toro y Julio Fontana inauguraban el folclore de cuño lloroso hace más de dos décadas, pero la puntería creció con "Corazón libre", ese tema ácrata de Rafael Amor.

El sector invitados fue inaugurado por el habitual Alberto Rojo, un poeta y guitarrero argentino que es doctor en Física y dicta clases en Michigan, Estados Unidos, con quien compartió su tema "Chacarera del fuego".

Con Raúl Carnota interpretó "Como flor del campo", de su autoría, en la que recibió con dicha los aplausos a su compañero, situación que se repitió con Abel Pintos -aclamado por las chicas- y con sus amigos del alma León Gieco y Víctor Heredia.

La Negra es, sobre el escenario, una madraza que a todos conoció "de chiquitos" y a los cuales prodiga una ternura que no suena a falsa, como si estuviera cargada de esa humildad de los grandes que son capaces de reconocer el talento ajeno.

Esa misma humildad que, en complicidad con el público, le hizo repetir pudorosa la palabra "papelón" varias veces, por haber derrapado en "La simple", chacarera de Demi Carabajal que dijo haber cantado mucho en Europa, "y justo me viene a pasar esto aquí".

El lamento fue rechazado por la asistencia, que no estaba para suponer errores en su artista, y todo derivó en una tríada tanguera en la que fue acompañada por el bandoneonista Walter Ríos, un hombre que debería tener mayor fama.

El set demostró que el tango sigue sin ser el género que mejor le cuadra, y para eso estuvo "Nada", de Dames y Sanguinetti, en la que María Graña arrancó dos veces el notorio estribillo con la nota justa y dio una lección de lo que sabe hacer.

Fue tal vez extemporánea la actuación de Fabiana Cantilo, con un "look" fuera de ocasión, con quien Sosa cantó y se lució en "Inconsciente colectivo", de Charly García, uno que pegó el faltazo a la cita igual que Fito Páez.

De todos modos, la tucumana les cantó "Un vestido y un amor", aunque con un algo de humor y de enfado les advirtió "después no me vengan a invitar a mí".

Hubo dos recitadores, Bebe Ponti y Duende Garnica; el segundo enfundado en una remera del Mo.Ca.Se. (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), que incentivó los ánimos reinvindicativos con un discurso eminentemente militante.

También estuvieron presentes Suna Rocha, siempre bellísima y con esa voz de cobre que la caracteriza ("El olvidao", de Garnica) y Teresa Parodi ("La Celedonia Batista"), con quien Sosa interactúa de una forma notable.

Es que la voz de la Negra ha vuelto a ser la que hace un año -en su regreso después de la enfermedad- se temió que nunca recuperaría, íntegra y nítida, con ese empuje que no sólo da el oficio sino también las ráfagas de genio.

La gran sorpresa de la noche fue, sin embargo, una Ramona Galarza espléndida, en pleno uso de sus facultades canoras, que conserva ese vibrato natural que mostró hace 40 años y que amerita recuperar el lugar que se había ganado en lo litoraleño.

El final fue, como siempre, con "Polleritas", ese hit que el público aguarda con ansiedad porque en él Mercedes Sosa cumple su breve show bailable para regocijo de quienes la quieren, y como gualicho contra las enfermedades de los años.

Fuente: Télam