Llegan juntos a la entrevista y es evidente que son dos hermanos que se llevan muy bien. Ellos son Laura (19) y Juan Grandinetti (25), hijos de Darío, pero la madre de ella es Marisa Mondino y la de él es la catalana Eulalia Lombarte Llorca. Ambos son actores y el teatro los tendrá en un mismo escenario.
Laura, además de El efecto de los rayos gamma sobre las caléndulas, en el teatro El Opalo, los viernes a las 23 estará junto a Juan en Yo no duermo la siesta de Paula Marull en El Callejón. Desde abril se la podrá ver en Relojero de Discépolo, en el Regio, junto a Osmar Núñez, Horacio Roca, Stella Galazzi y Martín Urbaneja. “Será una experiencia distinta para mí –subraya–, mi primera vez en un teatro oficial. Desde hace muchos meses se está trabajando en cada uno de los campos técnicos y artísticos. Mi personaje tiene mi misma edad, pero con una vida tan distinta que es muy complejo interpretarla.” Juan acaba de ganar el premio como mejor actor en el Festival de Cine de Punta del Este por la ópera prima Pinamar, de Federico Godfrid, y hace muy pocas semanas se lo vio en la Televisión Pública en Mis noches sin ti, junto a Arnaldo André. Por ahora, además de integrar el elenco de Paula Marull, también seguirá con La Pilarcita, de María Marull, en El Camarín de las Musas.
—¿Quién fue el primero en empezar a actuar?
JUAN: Tuve distintas etapas, incluso quise ser jugador de fútbol, después vino mi amor por la música. Mi pasión por actuar empezó con el espectáculo Ella en mi cabeza, cuando mi papá hizo temporada en Mar del Plata. Estaba Juan Leyrado en el elenco y su hija (Vicky) estaba estudiando con Julio Chávez. Allí tuve a varias profesoras, además de Julio en el último año. Debuté en los escenarios de la mano de Javier Daulte, en Vestuario masculino.
LAURA: A los seis años empecé comedia musical en la Fundación Julio Bocca, pero esa misma temporada marplatense a mí también me marcó. Después pasé a la escuela Río Plateado, fundada por Hugo Midón, y más tarde entré a la de Julio Chávez para adolescentes, pero ya estoy en sexto año. También Daulte me dio mi primera oportunidad: debuté en su obra Personitas.
—¿A qué le dirían que no?
L: En estos momentos a nada. Siento que la mejor manera de aprender es actuando. Tanto en una obra de teatro, una película o en la televisión hay producción, gente esperándote para trabajar. Una se pone a prueba en esas circunstancias. Te llaman si te ven. Ningún director o productor va a ir a una clase de teatro, pero sí a una función. Mi lema es “actúo como si en la platea estuviera Pedro Almodóvar viéndome”. A veces puedo decir que no porque no me alcanzan los tiempos. Sigo estudiando Artes Combinadas en la UBA y quiero avanzar en la carrera.
J: A lo mejor les digo que no a algunos trabajos. Tuve ciertas experiencias que por aceptar después no la pasé bien, hoy lo evalúo más. Todo me interesa y tiene algo atractivo. Es complicado decirle a alguien que no me gustó su material. Quiero estudiar también Artes Combinadas, pero el año pasado me salió un trabajo de actor por dos meses en España… y después me iban a convocar desde Brasil. Así es nuestro oficio, un poco caótico.
—¿Pensaron en entrar en algún reality para ser más conocidos?
J: Nunca se me ocurrió, pero creo que tiene que ver con nuestra familia. Desde chicos mamamos lo que era el ambiente. Aprendimos este trabajo y no recuerdo habernos sentado a ver algún reality. Siempre nos rodearon personas muy profesionales, que aman lo que hacen. Mi prioridad es trabajar con buena gente, eso trasciende, y tuve mucha suerte en ese aspecto.
L: Veo como espectadora a Tinelli, pero es un mundo muy lejano para mí. Entiendo y respeto a la gente que opta por ese camino. En mi caso, podría llegar a trabajar de otra cosa y elegir como actriz lo que amo. Quiero poder seguir estudiando y formándome. No las veo como puertas posibles. Lo que dice Juan es cierto, no consumimos esos programas, sin prejuicio lo digo. Puedo ver un rato, pero nada más. Es una estrategia que a mí no me interesa.