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pantalla chica

Nadie menor de 35 está viendo la televisión

Cada tanto me preguntan quiénes son mis referentes del humor en Argentina, y digo algunos nombres locales para no pecar de cipaya, para no romper corazones, pero se sabe que es mentira.

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Outsider. Simona y 100 días para enamorarse, parte de la producción local de ficciones de canales de aire que la autora cree que con internet quedó su pobreza a la vista. | cedoc

Cada tanto me preguntan quiénes son mis referentes del humor en Argentina, y digo algunos nombres locales para no pecar de cipaya, para no romper corazones, pero se sabe que es mentira. Se sabe que si sos una mujer de clase media que transitó su adolescencia en los 90, tenías cable y tus referentes no son locales. Es triste, pero irrefutable. Si la tele por cable vino a hacernos tan patentes el atraso y la ausencia de ficciones originales (lo siento, no vengo a culpar a nadie específicamente, pero todas las personas de mi edad sabemos que Verano del 98 era Dawson’s Creek), internet ya directamente vino a humillarnos. Tenemos acceso al contenido mundial en segundos, y nuestra tele nacional parece haberse rendido sin pudor. Siguen las estrellas y los formatos de hace cincuenta años, inamovibles.

Las ficciones de acción, cuando las hay, siguen siendo cosa de hombres rudos, con actuaciones cada vez más impostadas, de machos sin complejidad, de malos malos y buenos buenos; las novelas adolescentes siguen teniendo a protagonistas mujeres que son empleadas domésticas con sugerentes minifaldas rosas. Novelas de adolescentes con actores denunciados por abuso, sin que a nadie se le mueva un pelo. Ficciones diarias que siguen cayendo en los mismos clichés vetustos, aun cuando intentan en su argumento meter alguna temática de género, solo para fallar siempre, usando palabras y conceptos de forma forzada que ni los guionistas ni las actrices ni los actores se preocupan por googlear antes, aunque no sea más que para evitarse el papelón.

No soy de las personas que creen que hay que pedirle cosas a la tele, o que la tele nos debe cosas: después de todo, es el negocio de alguien que de ninguna manera quiere hacernos un bien; pero la tele trabaja de manera poderosa en la mente de las personas –queramos o no–, y para regular un poco eso existía la Ley de Medios, pero bueno, en fin, ya sabemos. Para consolarnos, quizás pueda decir que nadie menor de 35 está viendo la televisión.

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Una manera de encontrar a las nuevas generaciones de guionistas, directoras y directores, actores y actrices es entrar al canal de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, que desde 2014 produce contenido original, apoyando a trabajadores de la industria audiovisual que quieren contar otras historias, mostrar otros personajes y ofrecer otros formatos. Las series de la Untref pueden verse por internet en www.un3.tv o en la plataforma on demand, en Telered, y a través de acuerdos de intercambio de contenidos en señales como Cine.ar, 360 TV, Much Music y Acequia.

Los contenidos de la Un3tv son la prueba de que no se necesitan superproducciones para contar historias. Esto es lo que aprendió nuestra generación; no todos podremos acceder a los inmensos presupuestos que supone la industria audiovisual, pero no dejaremos de contar nuestro punto de vista de las cosas.

Todas las personas que no formamos parte de las cuatro grandes productoras que monopolizan la televisión aprendimos a optimizar recursos aprovechando las nuevas tecnologías, y haciendo énfasis en lo que nos diferencia de los medios tradicionales: la capacidad de ver lo nuevo, de contar lo que está pasando hoy, de mostrar lo que la tele no muestra, con escenas, diálogos y situaciones que los popes de la televisión parecieran no saber que existen, o mejor dicho parecieran no querer mostrar, en ese afán que caracteriza a los medios tradicionales de no querer innovar, de perpetuar ese statu quo que tanto les funciona.

Dada la libertad que ofrece la Untref en el desarrollo de los contenidos, podemos también ver en el canal figuras conocidas, que ya hemos visto en los medios tradicionales y consideramos consagradas, pero que quieren formar parte de esta nueva manera de hacer televisión. Y sin lugar a dudas, lo que más encontraremos son estudiantes en su primer trabajo o profesionales de publicidad, de tele, de cine que se encuentran en los rodajes de las diferentes series de esta plataforma ocupando otros roles, como tomando un respiro de una industria que los agobia.

No vamos a exagerar, todas las personas que trabajamos en Un3tv vivimos todas las dificultades que atraviesan las personas que trabajan en la industria audiovisual, pero al final del día sabemos que hicimos algo que no podemos hacer en ningún otro lado.

*Actriz y comediante.