Hablar con Peter Docter es hablar con uno de los cuentacuentos más memorables que dio la animación, y el mundo del relato americano, en los últimos años. La lista de films de Pixar, la empresa de la que hoy es director creativo, que dirigió Docter habla sola: Up, Monsters, Inc. e Intensamente. Hoy se suma Soul, proyecto que codirige y escribe junto a Kemp Powers y la productora Dana Murray, y que viene siendo desde el 25 de diciembre, en Navidad, el debut de un largo sin pasar por los cines de Pixar en Disney + (plataforma donde la compañía ya posee varias producciones originales e incluso una serie documental sobre el famoso estudio que cambió el relato infantil y la animación para siempre).
La nueva película, que tiene por primera vez una protagonista de color, iba a estrenarse en julio, y las demoras, y demás, llevaron no solo a esta fecha: su tema, su paseo por planos astrales y bares de jazz en Nueva York, tiene hoy una potencia que habla del mundo en que vivimos y bastante de la realidad donde Pixar crea primera, la de Estados Unidos. Docter sostiene: “Por supuesto que no lo planeamos. Empezamos esto hace cinco años. Y la forma en que se sentía al mundo era complementamente diferente. El aire era completamente distinto. Pero al mismo tiempo no lo podemos negar: hay algo que habla directo con este instante”. Suma Kemp Powers: “La gente necesita sentirse optimista, siempre. Lo admitan o no. Y pocas cosas son más pesimistas que una pandemia mundial, donde perdés el control por completo. Pero creo que esta película y que sea lanzada ahora es parte de intentar que la Navidad otra vez se siente como Navidad: como ese momento donde el mundo se frena, se olvida de sus problemas y hace foco en lo que realmente importa. Y todos necesitamos eso más que nunca”.
—El jazz siempre ha caminado a la par de la animación: los primeros cortos con sonido exploraban ese mundo y se cruzaban con artistas muy populares ¿Se les cruzó alguna vez eso por la cabeza y lo usaron de alguna forma?
DOCTER: Tenés razón. Desde que hay sonido, la animación ha jugado a la par del jazz. Tenemos clásicos como Betty Boop, algunos cortos de Disney y más tenían en ellos a grandes músicos y canciones de jazz. Creo, si soy sincero que tiene que ver con el ritmo, con las composiciones, con la forma en que el jazz permitía transmitir algo distinto. El jazz no solo era fácil de conseguir y popular en ese instante, también transmitía la vida, la energía, la movilidad que querías transmitir en esos dibujos. Si tengo que pensar más a fondo en ese nexo, al menos en mí, Vince Guaraldi sería el nombre y tiene que ver con los especiales de Navidad animados de Peanuts y sus canciones. Ahí aparece para mí un vínculo claro entre personajes que amo y el jazz. Y la gran conexión en el nuestro, por supuesto, es aquella frase que resaltamos de Herbie Hancock.
POWERS: La idea de la frase de Hancock nos motivó, dice que el jazz es improvisación, seguro, pero que es mucho más complicado que eso. Jazz es, en palabras de Hancock, atajar aquello que la vida lanza contra vos, aquello que aparece frente a vos y convertirlo en algo hermoso. Y eso es algo que define a Soul. No tenemos el control a la hora de considerar qué va a pasar en nuestra vida. Eso ha quedó más que en evidencia este año. Pero sí podemos definir qué vamos a hacer con ello y actuar. Podemos intentar generar algo hermoso con ello, o podemos ir por un camino completamente diferente. Es difícil imaginar a nuestro protagonista siendo otra cosa que un músico de jazz.
—En muchos momentos se siente que están “improvisando” ¿Cómo fue jugar con ese estilo visual tan innovador que se ve en el film y en su plano astral?
P: Es muy halagador, y supongo que debemos haber hecho un buen trabajo, porque, creeme, no hay nada del freestyle, del orden de la improvisación, aquí. Todos requieren cientos de horas, de energía, de personas. Por ejemplo, los personajes que parecen más simples aquí, los Jerry, los personajes que son una línea sola, pero se mueven en tres dimensiones. Bueno, esos personajes son de lo más complejo que hemos hecho jamás.
MURRAY: Sí, así es. Puedo decir que el momento donde realmente podemos soltarnos y hacer sesiones de jam es cuando estamos definiendo personajes, y podemos lanzar en cada reunión todas las ideas que queramos.
—Después de tantos años, de tantos films, de tantos éxitos e íconos que definen infancias de nuevas generaciones, ¿cómo definirían aquello que ustedes llamarían el alma de un estudio como Pixar?
D: Mmmm. Bueno, ahora mismo eso se divide en dos instancias. El trabajo que hacemos juntos, y hay mucho de eso en la forma en que pudimos seguir haciéndolo estos meses a la distancia. Y creo que también hay algo siempre esencial, que tiene que ver con estar embarcados permanentemente en empresas creativas, en la aventura de los varios relatos que estamos construyendo. Hay muchos momentos, más de los que la gente cree, que pensamos “está bien esto que estamos haciendo?”, “¿no estamos por hundir todo lo que se ha creado durante décadas?”. Eso está, siempre, no lo dudes “¿Me van a echar?”. Y después, por suerte, las cosas salen bien, y ahí se va forjando una camaradería que sigue ahí, de haber cruzado algo juntos, de haberlo puesto en el mundo. La confianza.
M: Hemos vivido muchas transiciones en los últimos años, muchos movimientos de la empresa, y eso es algo que te une también y que forja en quienes quedamos un sentido de familia.
—¿Hay relatos de su infancia, lo hayan planeado o no, que sienten circulan en el ADN de esta película? ¿Cómo funcionan las influencias cuando se ha creado tanto?
P: It’s a Wonderful Life, sin dudas el gran clásico navideño, era parte de las emociones que estábamos buscando, del linaje de películas al cual queríamos que Soul perteneciera. Un grupo de films familiares, pero que también, si uno ha vivido, si ha sentido algunas cosas que un chico no, que no sea díficil comprender que van a lugares profundos e universales.
D: Nunca hablamos de esto, ni siquiera con este grupo de gente, pero ¿les suenan unos personajes llamados Moomin? Crecí leyendo eso, la creación de Tove Yanson, y algo de eso, de cómo viven y cómo es nuestro plano astral en el film, que definitivamente nace de aquello que crecía leyendo.
—¿Qué historias creen que necesita el mundo, más allá de las que ustedes pueden crear?
D: Más voces, necesitamos más voces y ellos nos van a enseñar qué hay más allá de los suburbios de Estados Unidos ¿Qué llevás con vos? ¿Qué sentís está ahí en vos que no está ahí en los relatos?
La avalancha de títulos
Hace algunos días, Disney sacudió al mundo demostrando que está bastante lejos del contenido original que no esté dentro de sus franquicias y sus propiedades intelectuales más famosas. Así es como se anunciaron series de Pixar como Win or Lose, los cortos de Pixar Popcorn, la serie de Dug (el perrito de Up), serie de Cars, también una serie sobre el astronauta que inspiró el juguete de Buzz Lightyear y así la lista.
—Se anunciaron varias series, nuevos shows, y ahora ustedes producen material para Disney + a granel ¿Cuál es el grado de experimentación que planean generar aprovechando la vida de la plataforma y jugar con la animación?
D: Hoy la clave, más allá que siempre aparecen desafíos técnicos a superar, es apostar a la gente, apostar a diferentes historias de vida, identidad, experiencias en el mundo y lograr que eso adquiera la forma que necesita para ser un relato. Queremos incentivar eso, y por suerte, termina siendo parte de nuestra factoría, de nuestra alma, y puede que tú no lo hubieras hecho así, pero aún así te impresiona, te hace ver mucho más allá de tus limitaciones.
M: Es crucial para nosotros ahora experimentar, seguro, pero más crucial es aprovechar la cantidad de material que debemos generar, y buscar nombres nuevos, buscar nuevas voces. Además de nuestros largos, la plataforma nos exige una gran cantidad de contenidos y es un escenario ideal para nuestras nuevas búsquedas y nuevas creaciones.