La cuarta jornada del Pepsi Music tuvo como cierre a Nine Inch Nails y un show que colmó las expectativas de fans y del público de festivales. En la fecha más oscura del festival pasaron por sus tres escenarios a lo largo de la maratónica jornada 202, Volador G, El mató a un policía motorizado, Los siete delfines, Los natas, Black rebel motorcycle club, pero si de oscuridad se trata NIN representó la mayor atracción de la fecha (sí, más allá de la parafernalia hi-tech que ostenta el público festivalero).
Enfundados totalmente en negro, Trent Reznor, Robin Finck –inspiradísimo con las guitarras- , Justin Meldal Johnsen, Josh Freese y Alessandro Cortini concentraron toda la atención del público a lo largo de un show sin demagogias ni palabrerío innecesario. Explícitos, duros, oscuros y directos se dedicaron a desplegar una parafernalia de sonidos roqueros e industriales que supieron matizar con melodías minimalistas de interludios.
Con un escaso puñado de recursos visuales (comparando con lo que la banda suele desplegar en las giras) que supieron ser muy bien explotados, la banda liderada por Trent Reznor ofreció dos largas horas de un show impecable, contundente y demoledor donde interpretaron un set list concebido para la satisfacción general donde recorrieron toda su vasta y prolífica discografía.
Sin dar respiro, se sucedieron a lo largo de la noche hits de la talla de March of the Pigs, Piggy, Closer, Gave Up, Survivalism, Only, Head like a hole, Reptile entre otros. The warning y Vessel formaron parte de un mini set electrónico en medio del show cargado de matices de rock industrial con un Reznor inspiradísimo y furibundo como a comienzos de los 90´s cuando dio vida a la banda que se transformaría en referente del heavy rock industrial.
La presencia indiscutible de Reznor, el sonido impecable de la banda en vivo y el juego visual con las pantallas tuvieron su pico máximo durante Only, momento en el cual una de las pantallas descendió por delante de la banda emitiendo imágenes de estática dejando ver al cantante sólo cuando emitía su voz. Head like a hole abrió la puerta de la despedida y el público respondió con el mayor pogo de la noche. En continuado, se catapultaron hacia el final Reptile envuelto en un halo verde, Hurt como sentido regalo para los fans y el inminente final lo dieron con In this twilight mientras uno a uno los músicos de la banda iban abandonando el escenario dejando a Tren Reznor solo al piano y su voz diluyéndose entre los últimos segundos de show y la ovación general de un público totalmente satisfecho con lo que fue uno de los mejores shows del año.