Su filmografía los define, tanto a Mariano Cohn como a Gastón Duprat. Tal vez la primera gran repercusión la tuvieron con El hombre de al lado (2009) aunque estrenaron mucho antes. Comparten títulos que juntos o separados llevan su sello como El ciudadano ilustre (2016), Mi obra maestra (2028) o 4x4. Desde el jueves 17 y por ahora sólo en los cines se puede ver su última creación: Competencia oficial. En este reportaje cuentan cómo surgió el guión y la experiencia de trabajar con Penélope Cruz y Antonio Banderas por primera vez, ya que con Oscar Martínez ya lo habían hecho.
—¿Pueden contar cómo surgió la idea y se sumaron estos actores?
DUPRAT: La génesis del proyecto se inició con un llamado de Penélope Cruz y Javier Barden, ellos habían visto nuestras películas en España y querían trabajar con nosotros sumándolo a Oscar Martínez, ya que lo conocían por El ciudadano ilustre. Luego se agregó al proyecto Antonio Banderas por el mismo motivo, pero no teníamos película. Pensamos con Mariano (Cohn) y con Andrés (Duprat) opciones para proponerles. Había algunas premisas que nos trasmitieron, ya que ellos querían interactuar y también divertirse. Cuando tuvimos una idea de lo que sería Competencia oficial viajamos juntos los tres a la casa de Antonio (Banderas) en Londres, por una tarde, luego regresamos a Buenos Aires. Eso fue a fines del 2019. Les contamos hacer una película sobre el proceso de creación actoral. Cómo hacen los intérpretes para crear la emoción. Luego Javier Bardem por un tema de fechas no pudo participar, entonces conformamos tres personajes fuertes, una directora (Cruz) y dos actores (Banderas y Martínez). Así escribimos el guión.
—Dicen que hacen comedias incómodas: ¿qué serían?
COHN: Tiene que ver con el cine que nos gusta. A lo mejor es una limitación o una manera de entender cómo se hace una película. En el pasado hicimos mucha televisión de autor, donde uno se podía expresar como una obra de arte. Estamos en contra de decir que algo es televisivo, de manera peyorativa. No buscamos molestar, son solo nuestros formatos y los estilos que sabemos tocar. Es nuestra posición: no nos gusta la comedia clásica, convencional, grotesca, banal. Confiamos en un espectador activo, inteligente o sofisticado que tiene que hacer cierto ejercido en la butaca para terminar de completar o darle sentido a la película que ve. Los actores actúan como drama, la única salida que tenés como público ante situaciones muy incómodas es una sonrisa. Es el lugar que elegimos para contar algo.
—¿De quién es la idea de incorpora siempre artistas plásticos en sus películas? En ésta está muy presente León Ferrari, como Carlos Gorriarena en “Mi obra maestra”.
D: Las obras de arte como citas están puestas por necesidades narrativas, no hay decoración. En Mi obra maestra, Andrés (hermano) además de ser guionista es el director del Museo Nacional de Bellas Artes, queríamos un artista con obra sólida y nos inclinamos por Gorriarena. En el caso de Competencia oficial buscamos obras de arte muy singulares y fue Andrés quien las eligió pensando en la personalidad del personaje que encarna Penélope Cruz. Pero también hay otras citas a artistas que son amigos nuestros como por ejemplo Graciela Taquini, que es una video artista. Son algunos guiños, para el que los reconoce bien, sino no importa, ayudan a contar lo que queremos.
C: Desde nuestra primera película El artista donde no sólo hizo un cameo León Ferrari, sino también fue el productor del film e hizo también especialmente el poster que fue una xilografía. Hubo otras, en Todo sobre el asado Carlos Herrera armó una pequeña ópera, como también construyó el teatrito con el que jugaba Daniel Aráoz en El hombre de al lado. También le gusta participar de los rodajes, por ejemplo en 4x4 él se encargó de armar el inventario en el baúl de la camioneta. Esa instalación la hizo Herrera en el mismo lugar. Fue un trabajo único.
—¿Cómo fue dirigir actores de tanto prestigio internacional como Penélope Cruz o Antonio Banderas?
D: Nosotros tuvimos la suerte de dirigir a los mejores actores argentinos. Más allá de la fama mundial de Cruz o Banderas estamos acostumbrados a trabajar con grandísimos intérpretes. Su prestigio internacional queda en la puerta, adentro del set son actores profesionales, con enorme talento, tanto como Oscar (Martínez), por supuesto. Sin duda es mucho más fácil que dirigir a un actor amateur o a alguien que no es actor. Fue súper placentero trabajar con ellos, tan es así que los tres quieren volver a filmar con nosotros, por lo cual estamos pensando un nuevo guión.
—¿Dónde filmaron? ¿Cuáles son los espacios?
C: Esos espacios no existen, son construidos. Son réplicas de distintos edificios que fueron intervenidos, fue como una especie de Frankenstein. Nuestro director de arte fue Alain Bainée, quien trabajó en las últimas películas de Woody Allen y también con Almodóvar. Hizo reminiscencias de distintos ámbitos. Quisimos una gran magnificencia en el espacio, panorámico y enormes, de mucha arquitectura para que los actores se vuelvan insignificantes.
—El mundo de la literatura, la pintura ahora la actuación: ¿qué arte falta?
C: No lo manejamos como un listado de géneros artísticos. No es premeditado. Nuestra primera película fue sobre las artes plásticas, porque Andrés es curador de arte. Luego El hombre de al lado está basado en un hecho real, como estudié arquitectura y conocía la casa Curutchet de Le Corbusier fue para ese lado. Con Mi obra maestra quisimos contar la historia de una amistad entre dos hombres, luego la situamos en el plano de los artistas plásticos. En Competencia oficial se podría decir que es una batalla por el poder, que se puede dar no sólo en el mundo de los actores, sino también en el de los farmacéuticos, sindicalistas o las maestras jardineras. El tema traspasa los oficios.
—La publicidad se focaliza en el tema del ego: ¿coinciden?
C: El afiche va acompañado de una frase que dice “demasiado ego”, es también un homenaje a Charly García, que a nosotros nos gusta mucho. Quisimos retratar esa dinámica. Filmamos con muchos buenos actores, nos transformamos casi en catadores de intérpretes y sentimos que había ahí un tema. Corriéndonos de una visión romántica del cine o de una película dentro de otra. Buscamos tres grandes actores que supieran de lo que estamos hablando. Fue la cocción ideal. Está no sólo cómo se ven ellos sino también como te ven los demás. Dos actores en manos de una directora chiflada, muy inestable, casi al servicio de su locura. Creo que es lo interesante de la película: estas contradicciones.
Desde España, habla Martínez
Se podría sugerir que Oscar Martínez se está transformando en uno de los actores preferidos de la dupla Mariano Cohn y Gastón Duprat. Protagonizó El ciudadano ilustre y fue por ella que ganó la Copa Volpi como mejor actor en la 73ª Edición del Festival de Venecia (2016), sin olvidar que representó a la Argentina frente a los premios Oscar. Los directores anticiparon que este año van a hacer una serie con Martínez, para Disney en España y radicado allí contesta.
—¿Se podría entablar un paralelismo entre el actor Iván Torres (Competencia oficial) y el escritor Daniel Montovani de El ciudadano ilustre? Ambos artistas…
—Ningún paralelismo, salvo por lo que decía Sábato en el sentido de que los personajes de los escritores, aún en obras distintas, son parientes o tienen ciertos “rasgos de familia”.
—¿Cuál fue la mayor dificultad al tener que encarnar a un actor? Antes lo hizo para el teatro en El protagonista ante el espejo de Luis Agustoni (1988).
—La dificultad de un actor con un personaje es siempre “ser otro”. Interpreté a dos actores que antes de serlo son personas. Y muy diferentes. Son identidades que no se definen por el oficio o profesión. Caracteres casi opuestos, en el caso de El Protagonista y Competencia Oficial.
—Las publicidades e incluso el afiche de la película subraya el tema del “demasiado ego”: ¿es lo prioritario?
—La mención del ego es una decisión publicitaria o promocional. Es cierto que hay ego (como en muchas actividades artísticas y no artísticas) pero no me parece una característica o un tema que excluya a otros en la película.
—Se subrayó que ustedes tres habían aportado ideas al guión: ¿cuál fue su propuesta?
—Gastón y Mariano suelen trabajar así: dando participación al actor protagónico, incluso en el guión final. Lo hicimos en El Ciudadano Ilustre y en este caso, por razones obvias, colaboramos aportando consejos, ideas, textos. No recuerdo específicamente o en detalle mis aportes. Pero fueron varios y variados.
—¿Cómo es ser dirigido por dos personas a la vez? Experiencia que ya vivió en El ciudadano ilustre.
—Esa pregunta me la hizo Penélope en el año 2017, enamorada de El Ciudadano ilustre, cuando me expresó su deseo de trabajar con la dupla Cohn/Duprat. Es lo mismo que trabajar con un solo director o directora. Saben hacerlo, se reparten tareas y concuerdan en todo.
—¿En qué consistió la producción ejecutiva de esta película que aparece compartida por ustedes tres intérpretes?
—En que estuvimos desde la génesis del proyecto: desde antes del guión incluso.