Karol Sevilla es mundialmente reconocida por haber sido la protagonista de la serie Disney Soy Luna, que vieron millones de televidentes –distribuidos en 150 países, con traducción a 15 idiomas–. Sobre todo, niñas y adolescentes fueron sus fans de las tres temporadas, entre 2016 y 2018. La actriz y cantante, que actualmente tiene 21 años, vivió en la Argentina durante los años de producción y furor de la tira. Ahora, “estoy en Ciudad de México, en mi país, en mi tierra; regresé acá a mi casa”, dice mientras lleva adelante la difusión de su carrera solista. Para ella, realizó temas como Mil besos por segundo y Vuélveme a mirar a así, pero es junto a su actual compañía, Ocesa Seitrack, con la que tiene expectativas mayores. Su reciente lanzamiento Tus besos ya se viralizó a través de plataformas on line.
—¿Cómo surgió el proyecto para esta canción y videoclíp?
—Artísticamente no sabía qué iba a hacer: si iba a cantar, actuar, bailar. Me decía: “Quiero ser más yo, ya no quiero ser una chica Disney”. Mi interés ya no estaba en los niños, sino en mostrar un poquito la cara de mujer. Y justo llegan Seitrack a mi vida y esta canción que es de Mango y Nabález [autores y productores colombianos], donde se me escucha cantar género pop urbano. El videoclíp se grabó con 36°C en Medellín: una locura total. Existía miedo, incertidumbre por saber si a la gente le iba a gustar esta nueva imagen, pero la gente la tomó muy bien.
—¿Y cómo analizás tus anteriores singles?
—Mil besos por segundo se grabó en la Argentina, cuando quería empezar mi vida, mi carrera artística como Karol, pero tal vez no estaba preparada vocalmente, ni tampoco tenía clara la imagen. No era ni Luna ni Karol. En Vuélveme a mirar así, ya se notaba más a la Karol más cohibida, con muchos miedos. Tenía muchos problemas de aceptación de mí misma, en esa etapa de adolescente en donde te pasan tantas cosas por la cabeza. Crecer está complicado, está difícil. Vuélveme a mirar así fue la transición de poder mostrar la imagen real.
—Siempre has dado cuenta de una familia que te acompaña en tu desarrollo. ¿Quiénes están en este proceso?
—Mi familia es bien, bien bonita, me ha apoyado en todos los momentos de mi vida. La más cercana es mi hermano y mi mamá. Cada vez que tenemos que tomar una decisión, lo hacemos los tres. La carrera es mía, pero ellos siempre me dan consejos.
—¿Quién es Karol Sevilla, entonces? ¿Cómo se articulan las decisiones artísticas con las comerciales?
—Creo que Karol es una chica que siempre trata de mostrarse tal como es. No soy de las personas que cambia por ser aceptada. En algún momento lo hice y fue la parte más fea de mí. Soy muy real, muy sensible, muy noble, soy como un peluchito chiquito de los que cualquier cosita me hace llorar, pero me hago la fuerte. Por más que sea comercial lo que hago, trato de hacerlo con el corazón. Me gustaría no solo cantar con cantantes de moda, sino también darles la oportunidad a talentos nuevos.
—¿Y quiénes son tus talentos consagrados de referencia?
—Yo empecé a cantar por Yuri. Escuchaba sus canciones a los seis años. Cuando fui juez de Pequeños gigantes [reality show de Televisa, en 2019], tuve la oportunidad de conocerla. Es una gran mujer, una gran artista, tiene un vozarrón. Me ha contado por todo lo que ha pasado y que todavía sigue de pie; me ha contado cosas bien feas del medio artístico, toda la mala vibra y la envidia que puede haber... También conocí a Miguel Bosé, un maestrazo. Verónica Castro, otra maestra, referente de vida, que tengo como en la mesita de luz para decir “mis respetos”.
La experiencia con la fama en la infancia
A.S.
Karol Sevilla hace un balance de su experiencia de vida y artística: “Soy Luna fue un gran aprendizaje. En mi corazón, siempre voy a ser Luna, la chica de los patines. Lo malo de ese periodo es que no la viví al 100%, no la gocé, no la disfruté. Mi infancia no la viví como una persona normal; la mía siempre fue estar enfrente de una cámara [Sevilla ha participado de telenovelas y programas desde pequeña]: llegar en horario, tener mis textos aprendidos, estar grabando. Nunca tuve tiempo de jugar con una muñeca. Mi adolescencia tampoco fue ir a fiestas, ni tener un noviecillo. No sé qué es ser una adolescente. Pero he tenido la oportunidad de crecer con grandes personas. Mi adolescencia fue en Disney, como una adolescente conocida mundialmente, estar de tour y en hoteles. Hice la escuela, porque cuando llegué a Argentina, no podía trabajar si no estudiaba. Entonces me metieron al Colegio Militar de Buenos Aires y ahí terminé la secundaria y la prepa, con promedio de 9 y 10. Me enseñaron a ser más responsable con mis cosas, mi trabajo, mi vida personal. Cuando estaba de tour, me mandaban las tareas por mail. Ahora ya estoy haciendo mi carrera de fotógrafa. Vivimos en un mundo tan machista, en el que las mujeres tenemos que estar unidas y darnos fuerza. Soy un ejemplo a seguir para muchas adolescentes. En las redes, aparecieron hombres de la nada, diciendo: “te ves más grande, te ves más gorda”. Entre mujeres, también hay muchísimas críticas: “no te queda bien ese maquillaje, pareces una señora”. Yo aprendí: “No es mi cuerpo: no opino”. Tenemos que usar redes sociales para algo bueno”.