ESPECTACULOS
el boom de las inclasificables

No saben hacer nada, pero son las reinas de la pantalla

Silvia Süller abrió la puerta y salieron todas en bandada. Coparon la tele, las campañas y las marquesinas de los teatros. Cuánto cobran. Galería. Galería de fotos

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| Cedoc

El domingo en el que Mariana De Melo se accidentó, la redacción de Perfil.com se sumió en una discusión, tardía e inoportuna. Había que titular de alguna manera la nota y precisar a qué se dedicaba la dulce Mariana. "Se accidentó la actriz Mariana De Melo", proponían algunos, argumentando que actuaba en una obra de teatro. "Es vedette", decían otros, que recordaban haberla visto alguna vez con plumas. Finalmente, ganaron por mayoría los que sostenían que Mariana era modelo y de esa manera se tituló.

Así se la nombró a Mariana cada vez que se habló de su recuperación. Y a partir de ese momento, así se llama al resto de las chicas que compiten en Bailando, Cantando o Patinando y engalanan las marquesinas de los teatros de comedias picarescas y de revistas new age sin otro mérito que el de ser bonitas y mediáticas.

En realidad, desde siempre la fauna televisiva cuenta con este tipo de señoritas, pero desde los años '90 abandonaron los roles a los que habían sido confinadas (secretarias, bailarinas, extras) para ampliar su campo de acción (y su facturación, también, obvio).

La pionera en eso de pasar de ser una asistente bonita a una figura mediática fue, sin dudas, Silvia Süller. La entonces secretaria de Grandes Valores del Tango era, también, la mujer del conductor, Silvio Soldán. Gracias a ese parentesco, cobró cada vez más importancia dentro del programa, pero su popularidad estalló cuando la relación se terminó, provocando uno de los escándalos mediáticos más importantes de los últimos tiempos.

A partir de ese momento, Süller comenzó a desfilar por los distintos programas para contar su padecimiento. De allí pasó a ser co-conductora de algunos programas –de la tarde y de la medianoche- y a protagonizar obras de teatro junto a otras mujeres que sí habían demostrado ya su talento para el baile y la actuación como Maria Fernanda Callejón y Marixa Balli.

Fue Süller quien abrió las puertas, pero no fue hasta hace unos años que las chicas decidieron salir por ahí, en manada. Porque si bien es cierto que siempre hubo lugar para ellas -sobretodo en las comedias producidas por Gerardo Sofovich- lo cierto es que no fue hasta que Showmatch empezó con sus concursos que comenzaron a cobrar un protagonismo casi excluyente en el mundo del espectáculo.

De Melo, Belén Francese, Wanda Nara, Nazarena Vélez, Karina Jelinek, Rocío Marengo, Natalia Fassi, Eliana Guercio, Melina Pitra y las ex participantes de Gran Hermano Marianela Mirra y Nadia Epstein –entre otras- se convirtieron en las mujeres más entrevistadas.

Y, por su puesto, nunca dejaron de facturar. Además de los miles que reciben por su participación en los distintos programas de Marcelo Tinelli, venden la exclusividad de sus casamientos, romances y reconciliaciones, protagonizan campañas gráficas, shows eróticos, encabezan obras de teatro y como si esto fuera poco, les pagan, además, por hacer actos de presencia en algunos boliches.

Fernando Maldonado, uno de los relacionistas públicos más importantes de la escena local, reveló que estas chicas cobran entre 800 y 5000 pesos por asistir a eventos. "Cobran más o menos lo mismo que las modelos de pasarela por participar de un desfile", comparó y aclaró que "el cachet depende del lugar que ocupen en ese momento en el mundo del espectáculo".

Hace algunas semanas, el periodista Marcelo Polino –amigo y enemigo íntimo de muchas de ellas- le decía a Perfil.com que el primer requisito que necesita cumplir una chica que quiere hacerse camino en los medios es "conseguir a alguien que la mantenga, porque tiene que estar divina todo el tiempo e ir de programa en programa". Si esta premisa se cumple, las chicas estarían ahorrando como locas.

Lo cierto es que cuando Karina Jelinek le "enseña" a Tinelli alguna técnica de respiración el rating de Bailando se va por las nubes. Lo mismo ocurría cuando Wanda Nara caía, una y otra vez, sobre la pista de hielo de Patinando o cuando Marengo bailaba su paso del Koala. No sabremos si son actrices, bailarinas o cantantes, pero lo cierto es que el público elige verlas. Tal vez el problema sea, entonces, de los que necesitamos encasillarlas.

*Redactor de Perfil.com