ESPECTACULOS
Danzazul 2013

Para fomentar un arte sensual

De Francia. En la ciudad de Azul, hoy concluye el festival, con Claude Brumachon y Benjamin Lamarche.
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Hoy concluyen las funciones programadas durante Danzazul 2013, un encuentro internacional de danza que se realiza en Azul, provincia de Buenos Aires, desde hace tres años. La Municipalidad de esta ciudad, declarada por la Unesco como el centro cervantino en nuestro país –en razón de una inmensa biblioteca con libros del autor del Quijote–, viene advirtiendo la retroalimentación que existe entre el aumento y difusión de espectáculos de danza y la afluencia de público a ellos. Uno de los modos de fomentar el interés de la gente consiste en organizar funciones de danza gratuitas, como en este caso sucede durante Danzazul.

La función de gala de cierre estará a cargo de Claude Brumachon y Benjamin Lamarche, directores del Centre Chorégraphique National de Nantes, Francia. Lo harán con siete dúos, en los que participará la bailarina argentina Ana Armas: Armide et Renaud, Embrasés, La ressemblance, Absalon, Les philosophes, Les paranoiaques, Furtifs y Le train. Claude sabe de la importancia de la popularización de la danza contemporánea: “En Francia hemos hecho giras en diferentes regiones, para descentralizar las actividades y llegar a todas las ciudades con la contemporánea. Esta modalidad es algo frecuente en Francia. Por esto, es bueno también estimular festivales emergentes porque hay gente curiosa, público entusiasta con ganas de acudir”.

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La programación de Danzazul es variada, y, entre obras y clases, hay artistas de diversas partes de la Argentina; también hay espacio para los locales, como la Compañía del Taller de Danzas de Laura Juárez. De Buenos Aires, se incluyen en esta edición Gabriel Contreras, Emanuel Ludueña y Franco Cadelago. Así, la mirada se dirige no sólo a expresiones más experimentales sino también al ballet. “Para que vengan nuevos espectadores, se trata de invitarlos y decirles que prueben ver algo diferente, con otras maneras de encarar las cosas –dice Brumachon–. Poco a poco, la gente podrá vincularse con la danza contemporánea, que propone otras energías, que se conocen menos que la clásica o neoclásica. A través de la contemporánea, el público puede advertir que existen otras maneras de moverse, de vivir el cuerpo. Nuestras obras muestran una danza muy carnal, sensual. En los dúos, ponemos el acento en el ser humano, en el hecho de respirar, sentir”.