"¿Es mejor arder que desvanecerse?” La pregunta eterna de Neil Young tuvo respuesta afirmativa en el rifle y la carta final de Kurt Cobain. Compleja liturgia del rock, la inmolación está a la orden del día. ¿Es mejor arder que tirarse a la pileta? El reloj apunta las cuatro de la tarde, el termómetro araña los 32º en Mar del Plata y Pity no tiene malla. Un detalle tan nimio no detendrá sus instinto primal: tirarse a la pileta.
Despreocupadamente, Pity atraviesa el lobby del Hotel Hermitage en calzoncillos. Las paquetas recoletas y coquetas señoras observan azoradas al muchachito que derivó en personaje de adoración y curiosidad mediática. Ese monstruo de mil cabezas que desprende raptos de notable lucidez envueltos en su propio caos Say No More, el que escribe canciones honestas y brutales como un Salmón, el que encarna la (nonc) santa tríada de la vida stone, el Eminem de Piedrabuena, el Tanguito en la era del paco, el Pomelo tierno que conversa amablemente con el noticiero familiar de Santo Pells.
Pity no tiene malla pero se arroja al agua. Entonces llega la calma. El ardor se atenúa. Alguien flota en la pileta y no es el cadáver de Brian Jones. Aún lleva calzoncillos pero ya está desnudo. Cristian Alvarez fluye en la pileta como un niño, precisamente como un niño grande y adorable. Pero será apenas por un instante, hasta que salga del agua y entonces regrese adonde habita: ese punto exacto entre las canciones y el fuego. Allí donde Cristian Alvarez y el Pity se funden y se queman como pez en el agua.
—El sábado tocaste luego de muchos años en Mar del Plata y fue un show extraño...
—Vino muy raro. Me había acostado el lunes y desperté el miércoles al mediodía, es decir dormí 48 hs. Cuando me levanto, llamo a alguien para avisar que estoy bien. Agarro el celular y dice: 64 llamadas perdidas y hago así (oprime el botón del celular) y pongo erase ¿entendés? No podés escuchar 64 mensajes de voz, ni leer 64 mensajes de texto, entonces digo: comencemos de vuelta. Además mirá si hay un mensaje que dice: “ Che, a las dos estamos ahí, eh, no faltes, eh ” y vos lo escuchaste después, más culpa todavía, entonces mato la culpa con un botón.
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