Transportarse, estar ahí. Estar en la sala de cine, y que te manda a un mundo inesperado. Es bastante simple” así define Andy Muschietti su amor por la sala de cine. Es donde refundó el terro moderno mainstream a partir de It, una saga moderna ya clásica del horror, y donde el próximo jueves, con la producción de su hermana Bárbara, estrena Flash, la nueva película de DC Comics, basada en el hombre más rápido del mundo y en un personaje que siempre ha sido favorito del público (protagonizada por Ezra Miller). Sigue el director argentino: “No sé si es una invitación a la dopamina, o que; de niño te fascinas con un montón de cosas,d e adulto eso desaparece (el tema de mi película It). El cine te mantiene en vilo, hay sorpresas en el cine. Te mete en su mundo. Es eso. Eso es lo que me estimula. Quiero inspirar a las nuevas generaciones. Mis experiencias en la infancia cinematográficas, como Star Wars, El córcel negro, Furia de titanes, fueron fundamentales, las siento en el cuerpo. Yo ya no siento eso. Pero veo que la gente sí, y lo veo a veces en mis películas. Con eso soy muy feliz”.
—Hay algo en la primera secuencia de la película que tiene que ver con explotar el aspecto caricaturesco de los superhéroes, jugar con elasticidad, con la comedia física. El cine de este género no suele hacer eso. ¿Por qué esa decisión?
—¿La secuencia primera? Sí, tiene algo de eso. Y tiene algo de eso en general. La idea con la secuencia inicial era esa, precisamente, pero también algunas más. El primer boceto del guión, por ejemplo, no tenía esa secuencia. No era una escena demasiado interesante, tenía que ver con que pudiéramos observar a Flash teniendo una aventura, un rescate, dentro de un volcán. Yo dije “hagamos algo un poquito más estimulante a nivel visual”. Sobre todo, quería ponerlo a Flash a prueba, quería mostrar, que es vital, los rincones en los que tu personaje es vulnerable. Tenía que ser muchas cosas esa escena, es decir, tenía que tener muchos desafíos, para mostrar que aunque siendo el hombre más rápido del mundo no lo puedas resolver. Y que entiendas con eso que hay más en Barry que su superpoder. Tiene que ser inteligente para resolver esa situación y eso no es un súper poder. Es un poder humano de Barry, por eso, cuando ve esas situaciones, muchas, distintas, graciosas y graves, tiene que tomar una decisión humana, y encima esta con una acumulación obstaculos ridicula, absurda, intencionalmente absurda. Él llega con la lengua al suelo al final. Y jugar con cuestiones internas, con que no podes trasladar gente a esa velocidad, decisiones que hubo que tomar a la hora de los poderes (encima un director dijo que no se podía mover a los humanos a esa velocidad, y otro dijo que no importaba nada). Lo importante para mí era establecer esas limitaciones, y siento que establece el tono, con corazón, con comedia, con sus nervios. Me gusta que no todo salga del todo bien en los superhéroes.
—¿Qué descubriste del superhéroe como herramienta lúdica, con un pasado enorme y con un presente, como vos marcaste, donde representa la posibilidad de mucho dinero para la industria?
—A nivel visual, como hablamos, Flash es un personaje que te ofrece posibilidades fascinantes. Y hablo de posibilidades visuales, que por ejemplo son imposibles para personajes sin poderes. Me di cuenta que al final, eso sí, lo esencial nunca es lo superhumano, si no lo humano. Es lo humano lo que importa. Algo que yo ya sabía, más o menos, porque vengo haciendo películas hace tiempo. Un superhéroe, su historia, siempre parte de una molestia: si lo pensas lógicamente, es muy fácil que resuelva sus conflictos con poderes. Y en este caso, Barry no lo hace. De hecho, podría decirse que es todo lo contrario. La virtud más grande que cualquier personaje tiene, súper o no, es ser humano.
—¿Qué te sorprendió de la película, algo que quizás no esperaba que estuviera ahí?
—Casi que nada, si te soy sincero. Hay ciertas cosas que uno pensaba de una manera, y se terminan moviendo de otra. Uno piensa, planea, calcula, pero hay cierta miopía en cuanto a la reacción comprometida y no comprometida que tiene el espectador cuando la ve por primera vez. Me refiero a una miopía a las intenciones de uno, que está buenísima, que es basicamente el cine. Hay una escena, por ejemplo, que pensé que iba a ser muy graciosa, y la gente, al menos en las funciones que ví hasta ahora, no se ríe tanto. Yo pensaba que era muy graciosa, y es un momento de slaptick, de comedia física total. Es algo que para mí es muy importante. Es una de las cosas que le quería dar a Barry. La comedia física siempre hace muy vulnerable y humano al personaje. A eso no hay vuelta que darle. Él es un salame a nivel físico. El humor siempre sale de la vulnerabilidad del personaje. Son cosas que, a ver, ¿cómo decirlo? Como que casi casi no me interesa hacer una película seria. Porque cuesta más identificarse, y el humor te acerca, sobre todo si es un humor que habla de las fallas, de las físicas, de las fisiológicas… Por otro lado, hacer una película que te lleva seis meses de rodaje… a mi me gusta ir al set sabiendo que va a pasar algo divertido. El trabajo con actor es tan duro y es tan largo, y te ves todos los días durantes seis meses de rodaje, que siempre es estimulante encontrar el humor. Cuando tenes un actor que es un genio, como Ezra Miller, tenes a alguienq ue da todo, que da distintos colores, si queres más te da más, o si queres trabajar menos, te da menos. Es la primera vez que trabajé con un actor que quería hacer más tomas. Era inagotable
—¿Cómo trabajaste la nostalgia para que no sea un pantano o que no sea solo bronce?
—Son imágenes, son cosas que aparecen en la visión de la película. Lo vas calibrando con tu propio sentido del gusto. Es importante. Es la visión, y la visión tiene gusto. Ahora, en la ejecución es cuando tenes que controlar que no se te pase. Y aún así, a veces se te pasa. Pero cuando estás en el set. Y tenes suficiente experiencia, ya sabes para que lado te estas pasando y para que lado no. Obviamente en el montaje, que te ayuda, a partir de muchos elementos, y te da, desde elementos como la música, la forma final de esa nostalgia. Sutilezas: vas graduando y calibrando. Uno de los problemas que tiene el mundo de Batman es que queríamos controlar un poco su banda de sonido, el tema del compositor Danny Elfman, y su melodía, esa melodía, si la pones en una película donde lo vas viendo a Batman gradualmente, te rompe todo. Es un fuego lento. Te podes pasar si estas muy excitado. Cuando fuimos haciendo los temas de referencia, nos dimos cuenta que nos habíamos pasado: el tema no puede aparecer hasta que Batman no aparezca. Es todo divertido. Es muy divertido.
Un tanque gigante
—¿Cómo se vive el instante del estreno de algo tan grande?
—Hasta que no terminas la película, es difícil verla en su totalidad. La mostras en test screenings aunque el 80 % de los efectos visuales no están terminando. Todo el proceso es confiar en, precisamente, en el proceso, y en los instintos que te llevaron a tal o cual decisión. La satisfacción no viene hasta ahora, cuando la gente la ve. La gente sale llorando, se ríe, ese es el gran triunfo. Tenes euforia antes, tenes mucho tedio en la postproducción, cuando esperas los efectos visuales.
—¿Qué descubriste de Hollywood haciendo un film de superhéroes?
—Descubrí que a nivel técnico tenes casi casi todos los recursos que necesitas. Te dan todos los recursos para hacer la película que queres. Considerando que haces una película de las que suelen ser las más exitosas en la industria, las que hacen más dinero. No sé si es una moda, o es como serán las cosas ahora, pero hay mucha audiencia para este cine, y eso genera presupuestos altos, porque hay mucha recaudación. Esa fue una de las cosas más estimulantes. No creativamente, pero sí saber que sí se te ocurre algo, tenes chance de poder llevarlo a buen puerto, a la realidad. Hay limitaciones o frustraciones de películas pasadas que recuerdo, que tienen que ver con que llega un momento donde te dicen ‘ya no hay más’. Siempre hay una manera, siempre el músculo esta lista para buscar soluciones limitando expectativas. Y acá impresiona como esa primera impresión no tiene nada que ver con eso. Los efectos visuales casi ilimitados. Igual siempre llegas a ese punto, al no poder más.