De la calle 40 a las 52, en Nueva York, se alza, ahora en pausa, Broadway. Son unas pocas cuadras, siempre –o antes siempre– repletas de turistas, neón saturado, y viejas y adorables marquesinas. Broadway ahora está en cuarentena. Como todos lo saben, sea cual sea el camino de la pandemia, los espectáculos privados puertas adentro serán una de las últimas instancias de retorno a la normalidad. Valentina Berger es la creadora de la plataforma de estudio, clases y casting online GO Broadway (y que sirve de puente a Backstage) y una argentina no solo enamorada de Broadway, sino parte del Broadway Women’s Alliance y productora de teatro.
Valentina respira Broadway hace años, cuando se fue de Argentina soñando entrar en ese mundo. Hoy ese mundo, como muchos otros, es sacudido por la pandemia. Pero se habla de un regreso en enero y febrero, a lo que la experta y ya habitante de Broadway responde: “La clave es la ‘supuesta’ apertura. Hasta enero es una fecha que se maneja porque en ese momento se tienen que generar las devoluciones de las entradas. Enero y febrero es época muy baja para Broadway. Yo anticipo que al menos las obras en la que estoy involucrada hasta marzo no va a abrir.”
—La primera pregunta es entonces ¿cómo sobrevive la industria a este momento?
—El seguro de las obras ayudó un poco, pero hubo que despedir muchos empleados. La industria en sí está parada. Estamos todos llegando al fin de la ayuda del Estado, del seguro de desempleo, y se pide que eso se estire. La reacción inmediata es reinventarse. Te cantan “feliz cumpleaños”, o te aparecen en Zoom por una suma de dinero los actores de Broadway, y esa es tan solo una de estas formas de reinventarse. Están dando clases, tomando clases. Todos están tratando de reinventarse. Hay mucha gente que vive muy al día en Broadway: muchos tuvieron que irse de la ciudad porque no podían pagar sus alquileres. Y no sé cuántos podrán volver. Pero hay que buscar el lado bueno de esto.
—¿Cómo puede cambiar la topografía de Broadway y el Off Broadway?
—Hay gente que ha cerrado, o que se ha fusionado. Creo que Broadway va a volver y va a volver más fuerte que nunca. Lo que sí, no podemos volver hasta que no sea 100 % seguro, porque un teatro de Broadway no puede operar a menos del 70% de la capacidad, no dan los números. En circunstancias normales, si a determinada cantidad de semanas no lográs el 70%, directamente por contrato no podés seguir. En Broadway eso de butaca sí y otra no es imposible de ser llevado a cabo al menos en este modelo de Broadway.
—¿Cómo se pueden pensar las obras del futuro considerando esta experiencia y la crisis racial que apareció con mucha potencia en Estados Unidos?
—Sé que van a ser obras más felices las que vengan, basta del dramón. Yo estoy produciendo una obra que no sé si va a tener el mismo impacto en marzo. Nos cambió el panorama. Queremos “golden age”, queremos show. O yo por lo menos. Va a haber contenidos que produzcan nuevas voces. El gran problema en Broadway son los teatros. Hay lista de espera hasta 2023.
—¿Cómo trabajan para no perder la conexión con el público que iba a las salas?
—Yo venía, gracias a Dios, desarrollando una plataforma online hace más de un año. Y ahí vamos en Go Broadway con 21 masterclass gratis, y así acercar y dejar que la gente se entrene. Pero para crear un ciclo de trabajo, les pusimos un pequeño fee a las clases y hemos llegado a 14 países, generando trabajo y nos ha ido muy bien. Estamos todos aprendiendo.
Nuevos derechos
Valentina Berguer, responsable del desembarco de Backstage en América Latina, sostiene: “Broadway es una industria muy cerrada. Una vez que entrás, ya está. Ojalá eso cambie”.
—Compraste los derechos de una obra online. ¿Cómo es eso?
—Acabo de comprar los derechos para hacer una obra online, Los últimos cinco años, somos los primeros en Latinoamérica en comprar los derechos para hacer una obra de Broadway online. No sabían ni cuánto cobrar por los derechos de una obra online. Es una obra que Germán Tripel y Flor Otero ya hicieron hace algunos años. Es una obra muy querida. Ellos se asociaron con un teatro y PlateaNet, y ahí entré yo, en los derechos. Se hizo por asociación, que hoy en día es lo más seguro. ¿Qué pasa si la queremos distribuir on demand? Ahí es otra discusión—¿Creés que por fin se entendió que el teatro online y el en vivo son dos experiencias distintas?
—Por supuesto. Pero más del 90% de productores de Broadway son mayores de 60 años, y les cuesta amigarse con esta idea. Si la obra está en Netflix o donde sea, creen que canibalizan las ventas. Al contrario, la potencian. Es un marketing espectacular, porque llegás a un público. Para mí el negocio está en que el mismo productor sea quien gestiona el rodaje y lo vende. Aunque un rodaje así sale muchísimo dinero y no todos puede hacer.