Antes que nada, Leonardo DiCaprio tiene un carisma en extremo natural, pero tiene sobre sus espaldas no sólo el peso de ser un ídolo del cine, sino de ser también uno de los más grandes actores de todos los tiempos.” Las palabras, grandilocuentes, no podían ser de otra persona que de Baz Luhrmann, el operístico director responsable de Romeo y Julieta (su primera colaboración con el por aquel entonces jovencito DiCaprio), Moulin Rouge: Amor en rojo, Australia y la próxima a estrenarse El gran Gatsby, la adaptación faraónica del imbatible y elegantísimo libro de Scott Fitzgerald.
DiCaprio, con 39 años, no podía ser otro rostro que Gatsby, alguien que según las propias palabras de quien probablemente sea el actor más famoso del planeta es “la encarnación moderna del sueño americano. Inmediatamente, al retomar aquello que había leído cuando era joven me pude identificar con esa forma de interpretar la novela de Baz Luhrmann. El se hace cargo del hecho de que es imposible no tener una posición tomada frente a Gatsby y ahí está uno de los milagros de Fitzgerald: todos tienen una conexión con la idea de Gatsby, con la idea absoluta de un hombre que crea a voluntad y esfuerzo su vida y que forja su destino. Antes creía que El gran Gatsby era una historia de amor y hoy sé que es una tragedia: Gatsby es realmente una persona muy vacía”.
La idea de que DiCaprio sea Gatsby, que retome en el cine el rol que alguna vez interpretó Robert Redford, lleva al actor, considerando que Luhrmann es su “mentor”, en un recorrido por su vida de estrella. “Si no fuera por Luhrmann, era imposible que me asomara a un proyecto así. Baz es un poco Gatsby a su manera, el cine necesita eso, yo necesito a alguien así: Baz siempre quiso crear gran arte, gigante, grandilocuente. Pocos hombres respiran y exhalan cine como Baz, y es mi mentor: nadie me enseñó tanto del arte de las películas como él. Es un honor siempre trabajar a su lado.”
DiCaprio sabe que El gran Gatsby reflejaba una realidad ostentosa a instantes de caerse, pero tiene su punto de vista al respecto: “No es sólo una historia norteamericana: es una historia que define a la civilización, a la idea de imperios cayendo. Es una novela eterna, que tiene una raíz profundamente americana, pero es algo que va a trascender por siglos, y creo que está bien que así lo sea. Y Luhrmann lo demuestra haciendo cambios radicales e inesperados (como usar hip hop como si fuera jazz) que dan cuenta de la decadencia y la riqueza que existían por aquel entonces, que, como hoy, eran demasiado grandes. Creo que es un enfoque muy ambicioso: es una película muy difícil de hacer, y que Baz quiera darle un contexto moderno a una película, ponerle hip hop, es realmente entender qué eran aquellas fiestas y los disfraces sociales que existían y existen”. Y sigue: “Es una de las más celebradas novelas del mundo, digo, es la gran novela americana por excelencia, y reencontrarme con ella, sumergirme en ella según Luhrmann, me permitió ver qué dice sobre los Estados Unidos, sobre sus sueños y sobre sus aspiraciones, sobre sus errores y sobre la idea, tan americana, del hombre forjado desde el fondo que llega a la cima. Fitzgerald escribió el libro en un momento clave de nuestro país: cuando nos estábamos convirtiendo en una superpotencia, y logró predecir muchas de las falencias y problemas que había en nuestro país. Creando el soñador icónico americano, mostró una complejidad no sólo aplicable a los 20, sino una que se aplica a toda época: muestra que todo vuelve a repetirse, que esos ciclos se van a dar una y otra vez en nuestro país. O nuestra civilización”.
El trailer de El gran Gatsby muestra a DiCaprio como diciendo una de las frases claves del libro: es posible recuperar el pasado. ¿Le gustaría a DiCaprio, que el pasado año hizo y/o estrenó Django sin cadenas, El gran Gatsby y The Wolf of WallStreet (la próxima película de Martin Scorsese, otro de los maestros de Hollywood que, como Spielberg y Clint Eastwood, eligen a DiCaprio para sus proyectos), recuperar su pasado, ese que arrancó con el megaéxito de Titanic (aunque ya actuaba hacía años a esa altura)? “Estaría bueno tener 20 años y empezar todo otra vez. Pero mejor no, no: estoy contento donde estoy, con la edad viene la calma y, probablemente, la sabiduría. Es raro: como a cualquiera, me cuesta conocerme, pero yo siento que todo el mundo sabe todo sobre mí. Uno entra en esta industria, que amo, que siempre fue una suerte para mí, y creo que más allá de eso mi vida es privada. No es algo premeditado: es lo que hay. Es así. Pero también sé que no tengo nada de qué quejarme: pagué un precio por esta vida, seguro, pero sinceramente, cuando me oigo hablando sobre esos precios, me doy un poco de bronca. Realmente, tuve mucha suerte en mi vida.”
En esa vida, donde han pasado mujeres como Gisele Bundchen, Bar Refaeli, Blake Lively y Erin Heatherton (supermodelolandia), hoy DiCaprio confiesa: “Me siento más cómodo que nunca con quien soy: ya no siento que tengo que rendir examen, ya no siento que tengo que explicar por qué hago tal cosa o tal otra, ya no siento que tengo que entender la fama. Si no les gusta lo que hago, al carajo. ¿Qué otra cosa queda por hacer? Yo pongo el corazón en cada proyecto. Te volvés loco si no. Soy un adulto ahora, crecí haciendo esto, por ende, llega un momento donde te preguntás qué te gusta, qué querés hacer. Sé que se supone que ya debería saber qué quiero, y lo sé, pero uno no deja de hacerse esas preguntas”.
A pesar de su lugar, de su importancia, del piropo de Luhrmann, DiCaprio confiesa: “En un comienzo siempre me vi como al que no le daban tanto mérito, siempre me vi como un actor que nadie se daba cuenta de lo que realmente estaba haciendo. Cuando empezás a vivir esta vida, es como si literalmente ganaras la lotería. Nunca entendí del todo lo que fue Titanic, lo que era ser famoso, lo que era ser una estrella de Hollywood. Nadie podía ayudarme cuando a los 20 años todo el planeta me miraba. ¿Cómo hacés para ser normal entonces?”.
“Me rompo el lomo cuando hago estas pelIculas”
“Entiendo que aceptar hacer de Gatsby es ponerse en la mira: es un libro tan amado y tan entronizado que pareciera que uno se pone delante de las críticas por gusto. Pero no duden un minuto que si me dieron una chance en este mundo, una sola, voy a trabajar lo más posible y hacer una vida del actuar. OK, hay un fotógrafo acá, allá, adonde voy. Pero es una oportunidad dorada, y hacer de Gatsby es una de las cosas que te demuestra eso. Me rompo el lomo cuando hago estas películas. Es difícil controlar los resultados. Es casi como dejar a un niño suelto por el mundo. Pero sólo te queda el compromiso con el trabajo.” Ahora, DiCaprio posgira por El gran Gatsby va a “descansar un poco, tomar un poco de aire, darme un tiempo sabático. Es imposible mantener una relación de pareja si uno tiene que filmar ocho meses al año. No es algo de mucho tiempo, pero un par de meses para relajar un poco”. Y reflexionando sobre su icónico personaje en el film de Baz Luhrmann, sostiene: “Todos tenemos un poco de Gatsby en nosotros. Todos quedamos conectados a un período de nuestra vida. Me siento conectado con él en que es un tipo puro, intenso, pero también un delirante: mi trabajo es no ser esa figura trágica, no ser Gatsby. Es raro verlo desde otra forma, de una forma al menos distinta de cuando lo leí de joven”.
Frente a la idea de que se ha convertido probablemente en el actor más grande de su generación, tanto por el renombre como por la cantidad de ingresos y de buenas críticas que recibe por film: “Nunca diría algo así como que soy parte de los grandes actores de Hollywood hoy. Tomo esto como un trabajo: claro que es excepcional y da una visión del mundo distinta. Pero uno sigue siendo alguien que quiere hacer su trabajo lo mejor posible, que quiere romperse el lomo por entender un personaje y crear algo trascendente. Seguro es un trabajo hermoso, pero es también un compromiso muy grande. Por eso hay que pensar cada papel, hay que ver qué se hace. Por eso trabajo en la forma en que lo hago”.