Calificación: Muy buena
Lisa Hanawalt ha sido parte del equipo que produce la famosa serie animada BoJack Horseman. Además, es una historietista distinta, con ideas que se parecen simples en ejecución pero que son poderosas en su forma de comunicar, de expandirse, generalmente gracias a su mezcla de comedia y vivencia sentida (sin ahogarse en ese betún que es la autobiografía). Este antecedente deja en claro por qué Tuca & Bertie es una serie animada distinta a pesar de compartir, y nunca negarlo, el universo visual de BoJack Horseman con su trazo simple, su mundo realista y sus seres antropomórficos (sean plantas o, como las protagonistas, una tucán y una pájara).
Establecidas las coordenadas de BoJack Horseman, una serie que apuesta siempre a la sonrisa más bien implosiva y a la exploración de determinada idea de crisis existencial mientras usa a Hollywood como trasfondo de sus absurdos, Tuca & Bertie hace algo diferente. No es tanto la misma fórmula destilada en otro universo, que podría ser la neurosis del día a día de una amistad femenina en el mundo moderno, sino crear una serie más cercana a una sitcom, que juega intencionalmente con sus caricaturas para, por instantes, salirse de sus límites (o los límites que se cree puede tener una comedia irreverente que apela a cierto sinsentido) y ahí sí meterse con esquirlas más profundas, como la misma naturaleza de una amistad, como el abuso de poder, como el #MeToo, como confesiones de situaciones traumáticas de índole sexual.
Tuca & Bertie no es mejor por ir a esos temas: no creemos la famosa división entre comedia y ahondar en profundidades de los personajes. Precisamente, al sentirse más ligera que BoJack gracias a su permanente idea de jugar visualmente (cada pasaje de escena a escena es inventivo, alterando la expectativa de lo que podemos ver en pantalla y dosificando la incoherencia desde otro lugar) se hace más amable, más cercana, menos Hollywood, y ahí es donde aprende a ser, a la hora de los sentimientos y la comedia, más letal, algo que logra en tono gracias a sus voces (la actriz Tiffany Haddish y Ali Wong).
Tuca & Bertie es otro de los grandes aciertos del mejor Netflix: aquel que ha permitido shows adultos de animación que no buscan ser un eructo de todo aquello que Los Simpson fundaron, masticaron, reciclaron y extinguieron.