El maestro Daniel Barenboim cerrará el año con un concierto de lujo: actuará hoy junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, en un escenario montado sobre la 9 de Julio, en un recital con entrada libre y gratuita, organizado por el Gobierno de la Ciudad.
El director argentino –que también lleva nacionalidad israelí– aseguró que, entre el repertorio que hará en el concierto que arrancará a partir de las 19, incluirá una serie de tangos sinfónicos escogidos entre las obras de Carlos Gardel, Ástor Piazzolla y Osvaldo Salgán.
En una conferencia de prensa que brindó ayer al mediodía en el Teatro Colón y de la que también formaron parte el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y la secretaria de Cultura, Silvia Fajre, el prestigioso artista aseguró que el programa del concierto –que será televisado en directo para Europa– constará de tres tangos de Carlos Gardel y otras piezas de Ástor Piazzolla y Osvaldo Salgán.
Barenboim, además, contará con la participación de dos invitados especiales: Leopoldo Federico y su Orquesta Típica y a los bailarines Mora Godoy y Junior Cervilla.
El maestro explicó que es la primera vez que dirigirá una orquesta iberoamericana y aclaró que también se trata de su debut en una agrupación del mismo idioma: “Es la primera vez que ensayo con una orquesta en este idioma. Nunca dirigí una orquesta de América Latina o española, fue una sensación muy agradable, un poco curiosa”.
“Estoy contento de hacer el concierto porque la Argentina es un gran modelo en el sentido de que nunca hubo una separación entre el tango y el idioma de la música clásica, como sí la hubo en los Estados Unidos entre la jazz y la clásica”, aseguró el compositor.
“El tango formó parte de mi educación y creo que todo músico que toca música ciudadana es también en un músico clásico y tuvo la educación clásica y viceversa”, añadió el artista, para más tarde acotar la alegría que le produce este encuentro: “Es un muy buen programa, estoy contento porque son sólo tangos, pero a la vez hay muchos contrastes en los estilos que vamos a interpretar mañana”.
Con relación a los arreglos, que fueron realizados por el mismo Baremboim y su compañero José Carli –quienes ya trabajaron juntos para un espectáculo de tangos junto a la Filarmónica de Berlín a fines de la década del noventa– el director aseguró que “José hizo todos los arreglos, que no es un tarea muy fácil ya que no son una simple transcripción, él hizo una verdadera transformación al volver sinfónicos estos tangos, les dio una dimensión en la orquestación pero transformando el contenido sin cambiarlo”.
“Elegimos juntos tres estilos en el programa, los tangos de Gardel, que son el tango clásico; tangos de Piazzolla y su acento hacia la modernidad, y terminamos con tres temas de Horacio Salgán, a quien admiro mucho y quiero mucho”, precisó Barenboim.
El director recordó una anécdota de su paso por París junto a Piazzolla, cuando estudiaban en la escuela de Nadia Boulanche, quien incitó al autor de “Adiós Nonino” a dedicarse al dos por cuatro.
“Con Piazzolla estudiamos junto a Nadie Boulanche y ella le dijo a Astor ‘no escribas más sobre Stravinsky, vos tenés en la Argentina toda la maravilla del tango, eso es lo que debés tocar y sobre eso tenés que escribir’”. Por eso creo que Piazzolla también es responsable junto a Gardel de todo este fenómeno mundial del tango”, narró.
Sobre el trabajo con la Filarmónica, Barenboim contó que “la orquesta es magnífica, se ve que hay muchos que no conocen los tangos de Gardel o tal vez son demasiados viejos y ya se olvidaron, o son extranjeros porque no conocían la letra de Gardel, además tuve que pedirle cuidado con las acentuaciones de Gardel”.
Barenboim también se refirió al rol de la música en la sociedad y señaló que "no puede estar en una torre de marfil, debe ser parte de la cultura en general. Es muy importante en tiempos de globalización que la música sea accesible y eso no significa que ha disminuido su calidad y tampoco debe ser mirada desde arriba por los grandes especialistas de la música clásica, entre los cuales yo no me cuento".
Barenboim insistió con que “la música nunca fue y será elitista, la hacen elitista quienes quieren que sea sólo para ellos. El problema con el lugar de la música en la sociedad no es un problema de subvenciones, sino que no hay educación musical, pues ha dejado de ser parte orgánica de la educación en general”.
En este punto recordó que con su Fundación creó un jardín de infantes musical en la ciudad palestina de Ramallah, donde “tuvimos mucho éxito, el número de niños fue en aumento y les dio calma y tranquilidad a los chicos. El mundo del sonido los enriqueció”, concluyó el director.
Fuente: Télam