Con su tercer disco ya en la calle y con el deseo de consolidar el trabajo de ocho años, Zumbadores se presenta mañana en La Trastienda para presentar las canciones de El Colibrí.
Su nuevo disco conjuga un viejo sonido punk con aires pop y más prolijos que le dio el productor Sebastián Schachtel (La Portuaria y Las Pelotas). “El álbum tiene que ver con la estética de garage, de punk, medio indie. Es un punk estilizado, no es agresivo ni crudo, es más tranquilo”, aseguró el guitarrista del grupo Sebastián Gibelli.
Gibelli formó la banda con el cantante Alejandro Fassi y junto con los otros tres integrantes de la banda tienen la intención de vivir de la música, pero por ahora tienen que mantener sus otros trabajos.
El guitarrista cuenta que luego del show en La Trastienda se irán de gira por el interior del país para presentar el disco. “Tendremos que dejar nuestros otros trabajos unos días, pero todavía no lo podemos dejar del todo porque la base no es certera”, afirma.
La banda cuenta por primera vez con el respaldo de una multinacional y un productor de renombre, lo que les abre nuevas expectativas para un futuro con riesgos pero también con pasos firmes.
A la hora definir al disco, Gibelli dice que se trata de un “libro de cuentos”. "Tiene un espíritu muy adolescente, de juego. Una onda muy lúdica. El contraste entre el punk y lo infantil le da poca solemnidad. El disco se ríe, no llora”, considera.
Con El Colibrí el intento de los Zumbadores fue hacer un disco “cancionero”, y diferenciarse del resto. Uno de los compositores afirma que “hay que asumir riesgos para poder no repetirse y hacer discos distintos. Es un disco digerible, son canciones cortas”.
El show del viernes en La Trastienda tendrá un repertorio que incluye los tres discos. “Va a haber un tratamiento entre lo electrónico y la sangre”, adelanta Gibelli y agrega: “Habrá una puesta de luces en sincro para alinear los bits de los tiempos rítmicos a los tiempos lumínicos”.