Valeria Gastaldi, para el chisme, es la hermanastra de Juana Viale, la nieta que cotizó, y demasiado caro, en la agenda paparazzi este año. Pero para aquellos que piensan que el pop define las cosas que cuesta entender del planeta, Gastaldi no es ni la hija del empresario Marcos Gastaldi: es una ex Bandana, una que habla de Joni Mitchell y Diana Krall, una que sostiene “yo estoy más pendiente de mi nidito que de la familia grande”.
¿Bandana? Sí, aquel producto pop símil Spice Girls, de origen e idiosincrasia argentos, que emulaba el formato girlband y que fueron todo: discos de oro, fanáticos a lo Beatles, película, living de Susana y un poco más de todo.
Y aprovechando y canalizando esa experiencia once-in-a-lifetime, Gastaldi hoy no sólo está actuando en Televisión por la inclusión, sino que se planta sabiendo qué es explotar enfrente de miles, eligiendo otro trato con el público (“quiero explorarme a mí misma y a mi música”) y mostrando, en una serie de shows, su segundo trabajo solista, Contigo.
—El proceso de creación de “Contigo” coincidió con tu embarazo. ¿Cómo fue la mezcla de ambas “creaciones”?
—El disco fue un proceso diferente, extraño, súper enriquecedor, ya que vino de la mano con la maternidad. Esta le agregó un montón de sensaciones que fueron y son completamente nuevas para mí. Fue precioso pero agotador ya que desde que encaré mi etapa solista, me encargo de todo. Composición, el concepto del arte, todo eso. Es parte de un crecimiento hacerse cargo de todo.
—¿Eso es una reacción a lo que fue Bandana y su abultada agenda y exposición?
—En aquel momento cada paso era digitado y contado, y también era otra mi edad. Era el momento de hacer las cosas de esa manera. Incluso comparado con otros productos que intentan parecerse, Bandana fue súper único en su esencia. Armamos una célula muy potente. Hoy tengo en la balanza los dos extremos y ahora puedo pararme en el medio y disfrutarla.
—Tu hermanastra vivió un año difícil y de mucha exposición. ¿Qué opinás sobre todo lo que le pasó?
—No tengo mucho que responder. Todo lo que fue sucediendo, desde lo más grave hasta lo menos grave, habló por sí solo porque salió en todos lados. Que yo opine es extraño: se vio tanto, se supo hasta el punto más íntimo de lo íntimo, que no queda mucho comentario para hacer.
—¿Y sobre esa ausencia de límites para mostrar la vida privada?
—No quiero juzgar sobre dónde está el límite. Una como figura pública puede decir hasta acá sí y hasta acá no, pero me parece que a Juana y a su pareja se les escapó el límite. Se dio así. Cuando abrís una puerta, la prensa entra y se te metieron en la casa. ¿Y después? ¿Cómo la sacás?
Lea la nota completa en la edición impresa del diario PERFIL.