No compartieron la misma época y es muy difícil encontrar coincidencias musicales dentro de sus repertorios, pero sí comparten el mismo origen: a los integrantes de Los Parchís, los New Kids on the Block y Loco Mía no los unió el amor por la música sino el propósito comercial de un productor.
Tuvieron un éxito inusitado, vendieron millones de discos, se presentaron en casi todo el mundo y así como aparecieron, se esfumaron sin despedirse. Ahora, lejos de los productores que les dieron vida y de las mieles de la popularidad, quieren volver.
Cinco amigos de verdad. A fines del '79 la discográfica española Belter tenía sus números en rojo. Sólo un milagro o un éxito arrollador, de los que ocurren muy de vez en cuando, podía salvarla de la quiebra. Entonces, los directivos decidieron jugarse una última carta: gestar un grupo infantil que cantara temas pegadizos y que les permitiera ampliar su facturación.
La jugada fue perfecta: Tino, Yolanda, David, Gemma y Oscar se transformaron en Los Parchís y se convirtieron en un suceso en España y América Latina. Vendieron millones de discos, filmaron películas, recorrieron el mundo y desaparecieron sin decir adiós.
El primero en abandonar el grupo fue Oscar, el más pequeño de los integrantes. Su madre, horrorizada por la cantidad de horas que su hijo debía trabajar y por el poco rédito económico conseguido, decidió rescindir el contrato. En 1981, entonces, ingresó como reemplazante el carismático y pelirrojo Frank. El éxito continuaba.
Años más tarde, el ya crecido Tino y el intrépido David también abandonan el grupo, condenando a los Parchís al fracaso, a pesar de los intentos de la discográfica por reemplazarlos. Así termina la historia de un grupo que marcó la infancia de toda una generación.
Recién este año los Parchís volvieron a reunirse. El encuentro se produjo en México, en el programa Muévete, de Televisa. Entusiasmados con la repercusión alcanzada, comenzaron a meditar la posibilidad de grabar un nuevo CD en el transcurso de este año y comenzar una gira por Hispanoamérica.
Paso a paso. En 1984 el productor Maurice Starr se dio cuenta que en el mercado había un nicho sin explotar: los grupos formados por muchachos blancos. Así, emprendió en Boston la búsqueda de cinco chicos talentosos y agraciados.
Al casting se presentó el joven Donnie Wahlberg y Starr quedó fascinado con él. Tanto, que lo dejó intervenir en la elección de sus compañeros. El muchacho recomendó entonces a su amigo Danny Wood y a los hermanos Jonathan y Jordan Knight. El quinteto terminó de conformarse con la incorporación de Joe McIntyre.
Con esta formación, el grupo New Kids on the Block grabó su primer álbum, pero no tuvieron la misma suerte que sus colegas de Los Parchís: el éxito se hizo esperar. Recién cuando se dio a conocer el sencillo del segundo disco, Please Don't Go Girl, comenzaron a hacerse conocidos.
A partir de ese momento se transformaron en un suceso de ventas y en 1990 facturaron más que Madonna y Michael Jackson gracias a haber sido la banda que inauguró el merchandising extendido, con más de 150 productos de todo tipo en el mercado.
En 1992, exhaustos y acusados de haber hecho playback en uno de sus shows, los NKOTB decidieron tomarse un descanso. Nunca más volvieron a reunirse hasta ahora. Este año, grabaron un nuevo álbum de cara a una gira mundial.
Sexy Ibiza. Mientras los muchachos de Boston eran reclutados, un grupo de chicos dedicados al mundo de la moda comenzaba a realizar shows en la disco KU, de Ibiza. Se caracterizaban por usar gigantescos abanicos y un vestuario estrafalario. Así nació Loco Mía.
En 1988 el manager Juan Luis Gil llevó por primera vez a Gard Passchier, Manolo Arjona, Carlos Armas y los hermanos Xavier y Luis Font a un estudio de grabación. El suceso fue inmediato. Para bien o para mal, ese grupo de muchachos afeminados, vestidos de manera extraña, con hombreras notables y cejas delineadas ejercía un extraño magnetismo.
En los '90 la música bailable era consumida masivamente. Apoyados en este fenómeno, los chicos de los abanicos facturaron millones. Pero no les duró mucho: los integrantes fueron abandonando el grupo y siendo reemplazados. A esto se sumaron las inocultables diferencias entre los muchachos y Gil que culminaron con una demanda judicial por la utilización del nombre del grupo.
Recién en 1999 –y con una respuesta judicial a su favor- los primeros Loco Mía lograron juntarse, pero ningún sello discográfico estuvo dispuesto a editarlos.
A fines del año pasado, Xavier Font y Manolo Arjona logran el apoyo de BMG y comenzaron una maratónica seguidilla de audiciones para elegir a los nuevos Loco Mía. Convencidos -como sus colegas de los NKOTB- de que es mejor ir paso a paso, los muchachos repetirán el esquema que les resultó redituable: comenzarán realizando shows en distintos boliches alrededor del mundo.
(*) redactor de Perfil.com