A esta altura, la historia parece repetirse todo el tiempo. El comienzo, como siempre, fue una pista en Twitter. “Decepción”, fue la señal que Wanda Nara dio en la red social.
Nueve caracteres suficientes para llamar la atención, sobre todo, después de aquel recordado “Menos mal que no me casé”, que su hermana, Zaira, había elegido para dar a conocer al mundo que se suspendía su boda con Diego Forlán.
Las hermanas Nara tienen claro aquel axioma mediático que dice: “No importa lo que digan de vos, lo que importa es que se hable”.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite