La vida no deja de sorprenderla, y ella asume los desafíos sin titubear. Si alguna vez alguien le recordó "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", vaya si Wanda Nara (22) le hizo caso. Desde que conoció al futbolista Maxi López (24) y la conquistó, un sinfín de capítulos y situaciones pusieron a prueba la supervivencia de la modelo y vedette.
Dejar su San Isidro querido y radicarse en Rusia, contraer matrimonio y emanciparse de una familia que le dio todo, formatearon su nuevo hábitat. Y si convertirse en una mujer moderna exige updates permanentes, Wanda aceptó una tras otra cada actualización. Tener un hijo fue su logro más reciente, y enseguida vino otro examen por sortear: dejar la fría y lujosa Moscú por la cálida y ordenada Porto Alegre, el nuevo destino profesional del ex delantero de River y el Barcelona.
"La verdad es que estaba muy negada de venir, porque en Rusia tenía mis amigas y me había adaptado perfectamente. Ya teníamos nombre y todo, éramos 'El grupo de las siete', todas novias u esposas de chicos argentinos que juegan allá. Y ellas vivieron de cerca momentos muy fuertes de mi vida, como el embarazo y el casamiento."
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