ESPECTACULOS
Diego Peretti

"Ya no hay lugar para estupideces y miserias"

El actor interpreta en El robo del siglo a Fernando Araujo, el artífice del asalto al Banco Río en 2006. Dice que intelectualmente se siente cercano al ex delincuente. Cuenta todo sobre el pacto secreto de Los simuladores.

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Rigurosidad. Define el famoso robo como un “pase de magia” y que tuvo códigos. Vuelve al teatro junto a Adrián Suar en marzo. | Marcelo Aballay

Diego Peretti puso en pausa sus vacaciones en la pequeña localidad de San Antonio, Uruguay, donde tiene una casa de descanso a metros de la playa, y volvió a cruzar el Río de la Plata para retornar a la caliente Buenos Aires. El motivo fue la promoción de El robo del siglo, la película de Ariel Winograd en la que el actor le da vida a un personaje central: Fernando Araujo, el artífice del asalto al Banco Río de Acassuso en 2006, artista plástico de clase media alta de San Isidro, paciente activo de terapia, “sommelier” y cultivador de marihuana.

“A mi proceso creativo lo emparenté con la esencia estratégica, matemática, calculadora y profesional que usó Araujo para el plan del robo, y lo incorporé a mi trabajo dentro del guion. Si alguno de los actores me preguntaba en qué momento del rodaje estábamos, le tenía que saber decir qué etapa. Yo tenía que ser cerebro del guion”, cuenta Peretti, quien tuvo el aval del propio ex delincuente y coguionista del film. Peretti dice que con Guillermo Francella, Rafael Ferro, Pablo Rago, Mariano Argento y Juan Alari funcionaron como una banda de actores: “Nos dimos cuenta de que la historia, el guion, la producción, la dirección, la queríamos contar cinematográficamente lo mejor posible, y eso nos transformó en una banda. No hubo quejas: hubo estado lúdico. Corrimos el ego, hubo libertad pero rigurosidad de Winograd”. Para el protagonista de El robo del siglo los asaltantes profesionales “se convirtieron en héroes antisistema porque robarle a un banco en esa época, poscrisis y masacre de Ramallo, que estaban vistos como una entidad de estafa, era algo que despertaba ciertas sonrisas”. Para Peretti, el asalto y toma de rehenes del Banco Río en 2006 fue “un metateatro. Un simulacro. Fue un pase de magia”. Y agrega: “La gente lo ve como muy justo. Pappo decía que fue un tiro para el lado de la justicia. Un acto ilegal que es un tiro para el lado de la justicia de la gente, me refiero a la justicia de la familia, de lo que está bien y lo que está mal. No del Código Penal. Habla del héroe que se aparta del sistema para hacer justicia”.

Víctima del corralito en 2001, Peretti dice que la gente lo celebró como una victoria de la Selección: “A puño cerrado en un taxi, en una obra en construcción, en una verdulería, en una cancha de fútbol. Lo que hicieron tuvo código, no fue desalmado, tuvo alma, un concepto de armado artístico. Este robo tuvo arte en cierta manera aunque sea un hecho delictivo, armas de réplica, que sea en Vicente López, que ellos supieran que les iban a devolver la plata, eso también les alivianó en hacer el plan establecido”.

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¿Qué Araujo conoció Diego Peretti? “Me encontré con un personaje que uno, por prejuicio, lo cree lumpen y marginal, pero no fue así. Encontré a una persona muy cercana a mí en cuanto a lo intelectual y lo cultural. No me era difícil estar con él”.

Colgar la psiquiatría y lanzarse a desarrollar su carrera de actor fue la idea que más seguridad encontró en sus 56 años. “Agradecí tanto sentir eso, de que algo más me represente y que sea tan fuerte que debía dejar la comodidad del sueldo, los pacientes, y empezar con mi plan de actor”, remarca. Cuando Araujo recibió la llamada de “hay que robar el banco de esta manera”, llevaba escritas tres mil páginas de un libro sobre la marihuana. “La despenalización de la marihuana sigue siendo polémica. El alcohol es peor que la marihuana, tiene consecuencias mucho peores. El abuso de cualquier droga lleva a una adicción”, aclara el actor y psiquiatra. Y agrega: “Yo fumo marihuana. Creo que es una sustancia esencialmente natural y me parece que se necesita información y poco prejuicio. Si eso realmente fuera una política a seguir si se debería legalizar, tiene que ir acompañado. Uruguay lo hizo. Evita el comercio, te blanquea una situación, entonces ya podés regular, sanitariamente podés manejar la situación, podés ver el verdadero impacto”.

Peretti disfrutará de las playas de Rocha hasta fines de enero. El actor empezará con las grabaciones de El reino, serie que produce K&S (El clan, Relatos salvajes, El Angel) para Netflix, bajo la dirección de Marcelo Piñeyro y guiones de Claudia Piñeiro. “Voy a interpretar al Pastor, que se erige como nuevo presidente de los argentinos”, adelanta. Regresará al teatro en marzo con Inmaduros, la nueva obra de Adrián Suar, con dirección de Mauricio Dayub, y le quedará pendiente el estreno de La noche mágica, que ya filmó con Natalia Oreiro. Antes de subirse al Buquebus, Peretti analiza la industria del cine nacional: “Este tipo de películas como El robo del siglo, o en su momento La odisea de los giles, en una industria pequeña como la nuestra, combina un buen guion, y que ese buen guion es aceptado como una buena historia por gente que invierte en el cine. Entonces, es combinar un buen guion y una buena producción. Hacer cine así es cine comercial pero si la plata está invertida en hacer las escenas en estudio que armaron en un desagüe de 16 metros de diámetro, un túnel de 4 pisos; entonces el gasto de producción, cuando se combina eso es como un festejo para el actor, y espero que también lo sea para el espectador”.

 

El regreso simulado

A Diego Peretti le dicen frases de Emilio Ravenna, su emblemático personaje de Los simuladores, y le preguntan cuándo será el regreso de la exitosa serie creada por Damián Szifrón. “El Fernando Araujo de Los simuladores es Damián Szifrón; estoy seguro de que Damián tiene un plan, el último de Los simuladores. Es una suposición mía conociéndolo. Y que lo va a desarrollar en algún momento. Él tiene una agenda internacional, de estar en el cine más mainstream del mundo, y se suman nuestras agendas”, responde Peretti y comenta un detalle revelador: “Nosotros hicimos un pacto: si lo hacemos será con los cuatro actores de Los simuladores y Szifrón. En caso de faltar alguno, no se hace”. ¿Hay ganas? “Lo vivo en el fervor de la gente. La gente ama a Los simuladores. Es un clásico. Si hay una historia escrita por Damián, me van a dar ganas. Va a ser una gran historia seguro. Pasan los años y creo que nos vamos alejando un poco, e imagino a unos simuladores ya atravesando los 60 años; es otra la película que la que podríamos hacer”.

Sobre el nombramiento de Luis Puenzo al frente del Incaa, sostiene que “me da una buena impresión, es un hombre de cine, conoce el negocio, tiene una productora que realiza contenido cinematográfico”, y sobre la actualidad del país afirma que “venimos de seis años de crisis, de antes de Macri. Macri no nos dio respiro, y Fernández tiene un discurso antigrieta que me parece atinadísimo. Yo voté a Lavagna porque su discurso iba ahí. Me parecía el mejor cuadro del mejor kirchnerismo. Venimos de estar mal. Debería haber armonía de los líderes políticos, ya no hay lugar para estupideces y miserias”.