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viggo mortensen

“Yo soy terco a mi manera”

El actor explica por qué prefirió respaldar Jauja que rodar con Quentin Tarantino.

Viggo Mortensen
| Enrique M. Abbate

Para venir a presentar Jauja a la Argentina, Viggo Mortensen rechazó una propuesta de Quentin Tarantino. Por lo menos eso asegura Lisandro Alonso, su director en el film argentino-danés. “Debiera estar rodando ahora, pero no voy a abandonar esta película a mitad de camino”, explica el actor, que anda de un lado al otro del mundo filmando fuera del Hollywood que casi lo lleva a ganar un Oscar al mejor actor de 2007, cuando protagonizó Promesas del Este. “Cada uno hace lo que hace, yo soy terco a mi manera y si dije que iba a hacer esta película, la voy a hacer, y si en ese tiempo pierdo otras oportunidades, no importa”, dice.

—¿No te dan ganas de volver al circuito hollywoodense?
—Tampoco huí de eso. Películas como Jauja son difíciles de financiar o de hacer y pueden pasar tres años hasta que salga en los cines. En la espera de que se estrene me pueden llegar ofertas de películas con un presupuesto alto, donde me van a pagar bien y en la que puedo empezar la semana que viene. Ahí podría decir, “perdón, Lisandro, aguanté y aguanté, pero tengo que darle de comer a mi familia”. Hay gente que lo hace y tiene derecho a hacerlo. Yo reconozco que se puede hacer un gran cine con alto presupuesto y hecho por norteamericanos. Hay directores que pueden  trabajar dentro del sistema y mantener una visión original, a pesar de estar rodeados de mucho dinero y presión mediática y de personas a las que sólo les interesa ganar dinero.

—En Cannes fueron parte de la delegación argentina junto a “Relatos salvajes”. ¿La viste? ¿Seguís al cine argentino?
—No la vi, pero viajé con ellos desde Madrid a Niza, sentado al lado de Sbaraglia. No estaba Darín, pero estaban los otros. Veo todo lo que puedo, la mayoría en dvd, porque no se estrena mucho en el exterior. Hay varios que me gustan. Trapero es el más conocido y me gusta porque se arriesga en su territorio, como Lisandro Alonso se arriesga en el suyo y busca cuentos nuevos. Me parece que Argentina tiene una formación técnica y actoral muy buena. Aquí he rodado dos veces, entiendo cómo se vive y, un poco del lado del productor, cómo funciona el Incaa. Es peligroso eso a veces. Hay un peligro con ayudar demasiado. Hay que tener obstáculos para hacer cosas que uno piensa que no puede hacer.

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—En “Jauja” interpretás a un capitán danés que está lejos de su tierra, en un lugar que no se sabe exactamente dónde es. ¿Qué importancia tiene el desarraigo en tu vida?
—¿Qué tal si es, como dice Marcel Proust, que cada vez que vemos a una persona comienza todo de nuevo? Hay un poco de eso y en una persona que está en el extranjero, aún más. Mi personaje en la primera conversación está marcando su territorio, tratando de poner las cosas escritas sobre cómo será el orden que necesita para funcionar, como cualquier ser humano. Después el otro hace lo que quiere. La vida es un juego que cambia todo el rato. A veces te preguntás qué hago ahora y por qué estoy jugando, si tiene sentido esto. Es algo que nos pasa a todos. Tengo una familia y una casa donde comparto con otras personas. También paso largos períodos de mi vida con una valija y voy de un lado a otro, feliz. A veces extraño, a veces no. Yo sé cuáles son los míos, pero estoy abierto a que otros, a los que todavía no conozco, también sean míos…

 

Haciendo negocio con los jugadores

No hay foto que lo encuentre sin algo que lo identifique con San Lorenzo. Lo último, además de pedir por la reapertura de la sala Lugones, fue hacer un llamado a los hinchas a poner plata para la vuelta a Boedo, proyecto que Marcelo Tinelli activó desde que llegó a la vicepresidencia de la institución.

—¿Te gusta como Tinelli maneja a San Lorenzo?
—Yo la veo como la administración Lammens, que es un presidente genial. Tinelli aportó toda su potencia mediática y eso ayudó mucho, obviamente. Lo hizo bien y me alegra que se haya hecho parte de la institución, en vez de estar por los márgenes ayudando y aprovechando su relación con San Lorenzo. Siempre con amor de hincha, pero haciendo negocios con los jugadores. Bueno, ahora es vicepresidente, es parte del equipo y lo hace bien.

—Estás muy atento a eso de meterse en los proyectos. En “Jauja” opinaste mucho, produjiste y hasta hiciste la música...
—En este proyecto pude participar porque me dieron lugar. Está lleno de directores veteranos que no son así, que igual hacen buen cine. Creo que Hitchcock era así, un gran director, pero el actor no tenía nada que decir. Si eras talentoso como Cary Grant hacías un trabajo digno, pero probablemente habría hecho algo mejor si le daban rienda suelta.