Mi historia profesional comienza con un desarrollo de aproximadamente 10 años en grandes corporaciones: Shell, Acer, Grupo Santander, en las cuales trabajo en la consultoría de grandes proyectos en forma interna: en áreas comerciales y técnicas. Luego de eso, un retiro voluntario me permitió dejar el trabajo corporativo y meterme de lleno en el mundo de los emprendedores. Corría el año 2001.
Así fue que comencé un proceso de armado de un modelo de asesoría para emprendedores. La clave fue utilizar el concepto de identidad como la principal variable para el desarrollo de mis clientes. Más allá de lo que hacían, quiénes eran esos emprendedores. Sus deseos, su ADN, su marca identificadora. Un modelo de trabajo basándonos en los planes de negocio de nuestros clientes. Casi 4.000 emprendedores en 17 años de trabajo. Emprendedores que empezaban, y otros que ya estaban funcionando pero necesitaban un nuevo empujón.
Luego de varios años, nos dimos cuenta que sería primordial encontrar nuevos modelos para trabajar con nuestros clientes. Ya no funcionaban temas como misión y visión de negocio. No alcanzaba entender las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, sino que se debía hacer un plan para estos temas. Nos dedicamos a ir generando nuevos formatos de trabajo.
Ya teníamos muchos clientes. Encontramos formatos para poder atenderlos bien y veíamos que la evolución seguía. Existían nuevos modelos de trabajo a nivel internacional que podían servir para seguir acompañando a los emprendedores. En paralelo se atravesaban épocas de crisis escalonadas y surgían nuevas necesidades: trabajo en conjunto, estructura de construcción de alianzas estratégicas, así como mirar en forma estratégica los mercados.
Así comenzamos a investigar cómo tener más clientes, acompañar a los emprendedores pero entender cómo podíamos incluir a las empresas medianas o grandes en el proceso de fortalecimiento. Modelos de trabajo de cadena de valor, win-win y modelos colaborativos. Empezamos a preguntarnos: ¿qué pasaba si el trabajo con emprendedores era sponsoreado por empresas? ¿Por qué las empresas podrían estar interesadas en acompañar a los emprendedores? Luego llegamos a la conclusión de que se podría comunicar que lo hacían por Responsabilidad Social Empresaria. De esta manera, ayudaban a la sociedad, aunque con el tiempo llegamos a la conclusión de que era mejor encontrar un modelo que directamente beneficie a la empresa o corporación.
Con esa mirada, surgen modelos donde las empresas comienzan a interesarse en pagar el trabajo de consultoría y capacitación a emprendedores a cambio de que dichos emprendedores le retribuyan directamente con algo concreto. Obligación de compra, obligación de retribución puntual. Así se crea otro modelo más contundente: los costos de un programa similar a una incubadora de emprendedores son tomados por las empresas pero los emprendedores les devuelven el esfuerzo.
Los comenzamos a implementar y ahora es nuestro principal desafío. Empresas de producto pagan el desarrollo de emprendedores, pidiendo que la comunidad que va a recibir el programa compre producto del sponsor.
Por ejemplo, una empresa de madera que paga un programa a estudios de arquitectura, y a cambio los estudios compran “su” madera. Una bebida gaseosa arma un programa con restaurants boutique, con el compromiso de poder ingresar a ese mercado que le es esquivo. Otro caso: una empresa de seguros soporta un programa para Centros Culturales (San Cristobal Seguros); ellos tienen que sostener un seguro con la empresa, mientras el programa se esté desarrollando. Mucha contundencia y la inversión repagada.
Otra forma que también comienza a surgir es la inversión de las empresas en emprendimientos que suman a su cadena de valor, a cambio de tener mejores condiciones de intercambio. Con este nuevo camino, los emprendedores logran que las empresas se involucren en su proceso y, de esta manera, se crea un modelo sustentable entre todas las partes. Aún hay nuevos modelos innovadores para seguir cooperando con el crecimiento de los ecosistemas productivos y comerciales. ¿La clave? La evolución conjunta.
* Titular de dbconsultoia.com.ar