Emprendedores argentinos sorprendieron al exquisito mundo de los productos gourmet al desarrollar un inédito negocio de pastelería en cápsulas, iniciativa que se inspira en las máquinas de café que ofrecen la bebida en un envase similar. La idea fue impulsada por Rodrigo Córdoba, que en 2015 vendió su parte en la empresa de importación de cascos y accesorios técnicos para motociclistas que tenía con su hermano para desarrollar desde entonces su pasión por la cocina, en particular la pastelería.
Al emprendedor se le ocurrió la idea un fin de semana en que preparaba para su familia "un desayuno de hotel cinco estrellas" y, al observar su máquina de café Nespresso se preguntó si no se podría hacer algo similar para hornear en poco tiempo delicias dulces como scons, muffins y brownies: ese fue el comienzo de Tigoût, palabra que resume dos del idioma francés, "Petit goût", que significan "pequeños gustos", placeres cotidianos que Córdoba busca expandir no sólo en Argentina sino a nivel global.
La compañía ofrece una máquina que hornea cápsulas de pastelería en simples pasos: Se compra el preparado, que viene congelado, se desmolda en la máquina y se selecciona la delicia con su temperatura y tiempo de horneado, que demanda entre cinco y 12 minutos, según la versión. Se pueden hacer dos del mismo tipo al mismo tiempo. El proyecto comenzó en 2016 con una inversión de un millón de dólares.
La firma, radicada en Buenos Aires, da empleo a más de 20 personas y tiene vinculación con China, pues los elegantes dispositivos se fabrican en la ciudad de Shenzhen.
Así comenzó todo
En diálogo con Xinhua, María Agustina Madkur, responsable de mercadeo de la compañía, recordó que Córdoba "cocinaba con su familia como plan de fin de semana, invitaba a amigos y familiares a comer y veían que disfrutaban un montón de la pastelería y que era algo que requería un montón de esfuerzo". El emprendedor se inspiró "en la máquina de café en cápsulas (...). Empieza todo un trabajo de investigación, a crear un equipo de licenciados en alimentos y toda la parte de diseño industrial", añadió la representante de la firma.
Madkur señaló que la mayor parte del capital reunido para el proyecto se destinó a investigación y desarrollo, y allí fue donde ingresó el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). En paralelo, la compañía se asoció "con una empresa de hardware que nos creó el horno, un horno inteligente, una máquina que llega a altas temperaturas en muy pocos minutos y cocina cada producto según su receta y su tiempo de cocción", contó la responsable de mercadeo.
"La máquina está pensada para la comodidad del hogar y también para una oficina, un hotel, un avión. Se puede adaptar a cualquier lado y tiene mirada global. Empezamos en Argentina con un 'trial' (prueba) entre familiares y amigos, probando un poco la experiencia. De ahí estamos planeando desembarcar en el mundo, anticipó Madkur. Agregó que actualmente fabrican "las máquinas en China con una empresa alemana. La idea es estar preparados para estar en cualquier mercado a finales de este año".
Para todos los gustos
Las cápsulas ofrecen actualmente seis variedades: volcán de dulce de leche; choco fudge (chocolate belga con nuez y cacao); brownie; blondie (chocolate blanco con pistachos y coco); scon cítrico y cookie de avena con pasas y canela. Además, hay otros ocho sabores prontos a ver la luz, todo con la idea de salir al mercado de manera global entre noviembre y diciembre de este año.
Por su parte, Mariana Sánchez, licenciada en alimentos y responsable del Área de Desarrollo de Nuevos Productos del INTI, precisó que la firma "es una start-up que se acercó al INTI hace dos años. Necesitaban el acompañamiento para pasar de una escala de lo que se conoce como un 'kitchen lab' a una escala industrial". Ese paso "era uno de los primeros desafíos a resolver, pasar recetas gastronómicas, recetas de pastelería de una escala 'cocina' a una escala 'planta'", explicó.
"Armamos un equipo de trabajo. Tigoût tenía su grupo de profesionales y lo que hicimos fue armar un grupo de trabajo. Somos un equipo con Tigoût, no es un cliente, sino que somos un equipo. Se hicieron ensayos donde se ajustaron las recetas y se pasó a una escala productiva más grande", resaltó la experta.
Sánchez puntualizó que la labor del INTI incluyó "testeos de laboratorio, microbiológicos, sensoriales, para ver que el producto se mantuviese dentro de los estándares de inocuidad y calidad establecidos para la categoría", ya que "el proceso de cocción es clave, porque una de las consignas es que el producto se tiene que cocinar rápido".
Un valor estimado en 1.000 dólares
"El mayor desafío es mantener la calidad con materias primas de primerísima calidad sin hacer uso o abuso de los aditivos permitidos", enfatizó la profesional, que destacó que "todos los productos son geniales. Hay una opción de chocolate que es buenísimo, es como si comieras un producto de pastelería recién horneado o recién preparado en una casa de primera línea".
El resultado final es "realmente tentador", agregó. "Sentís el aroma, la mordida tiene la textura de un producto recién listo. El choco fudge está buenísimo, el blondie, que es con chocolate blanco, también es un producto que está muy bien logrado", sostuvo.
Las máquinas de Tigoût tienen un valor estimado en los 1.000 dólares, aunque al principio su precio estará subvencionado y el usuario no pagará más de 400 dólares. Sin embargo, el negocio de Tigoût no se enfoca tanto en las máquinas, de las que puede producir unas 50 por mes, sino por la venta de cápsulas, que tendrán un valor estimado en 85 pesos cada una.
XINHUA / DS