El mundo tiene nuevos desafíos y, a su vez, problemas con la disrupción tecnológica, la inmediatez en los cambios, además de las nuevas dinámicas globales para las personas y los mercados. En medio de semejante escenario volátil emerge un histórico factor cada vez más prestigiado: la gestión.
Formar ejecutivos, gerentes, directivos y emprendedores para este nuevo mundo de organizaciones bajo tensión debería ser, por tanto, el mantra de cualquier MBA. Por lo general, estos perfiles profesionales suelen tener una agenda repleta de responsabilidades y exigencias, pero igualmente reconocen la importancia de poder fortalecer y desarrollar sus competencias directivas con el dinamismo y las capacidades que requieren estos nuevos modelos y escenarios. Un MBA 100% online aporta valor no solo porque ayuda a formarse como un líder responsable, sino que además promueve el uso intensivo de la tecnología, que tanta presencia tiene en la actualidad.
Interacción digital. Las tendencias respecto de las modalidades laborales como home office, trabajo remoto con jornadas reducidas, así como también la creciente oferta de espacios de co-working y sus posibilidades de alquiler para reuniones presenciales, se relacionan con algunos de los cambios que tuvo que atravesar un ámbito muchas veces conservador, como el laboral. Las nuevas generaciones no creen en el trabajo de 9 a 17, y el dinamismo en esta área ha requerido generar un correlato en la educación que estos perfiles esperaban recibir. Así, las ofertas académicas virtuales afloraron para cumplir con este requerimiento del mercado.
En estas nuevas modalidades educativas, la calidad no es limitante, ya que se somete el programa a un diseño pedagógico y una validación de contenidos que permite que un alumno de posgrado estudie en un entorno virtual con los estándares de calidad requeridos, rigurosidad y excelencia. Los procesos de enseñanza y aprendizaje en entornos virtuales requieren garantizar diversos procesos con impecabilidad. Por tanto, contar con un fuerte desarrollo en contenidos multimediales y biblioteca online no es suficiente para asegurar una oferta educativa a distancia de calidad.
La interacción digital docente-alumno y alumno-alumno, mediada por estrategias adecuadas de trabajo colaborativo, resulta una condición sine qua non para el éxito en estos casos. La aplicación y la adaptación de los contenidos a las nuevas tecnologías enriquecen las experiencias de docentes y alumnos, permitiendo hacer simulaciones y generar experiencias en línea que hace no muchos años resultaban impensadas, y todo ello desde la comodidad del hogar o la oficina.
* Directora de MBA de la USXXI.